Algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul. Las tradiciones no son obligatorias, pero a muchas novias les gusta seguirlas porque traen buena suerte y la liga es una de ellas.
La costumbre de llevar una liga bajo el vestido de novia se remonta varios siglos atrás, cuando se llevaban para sujetar las medias. Ahora que no son necesarias no son más que un símbolo de pureza, lo mismo que el blanco del vestido o el velo de novia.
El color de la liga es tradicionalmente blanco y azul, ese “algo azul” que llevan las novias, aunque actualmente muchas mujeres no siguen esta tradición y prefieren adaptar la liga a sus gustos, a los colores del vestido, al de la corbata del novio o al ramo de novia e incluso muchas prescinden de este accesorio y prefieren propuestas más actuales.
Atendiendo a la tradición, las novias llevaban una liga que, tras la ceremonia y en un momento señalado del convite, entregaban a una amiga soltera. Un gesto que le daba suerte para convertirse en la próxima candidata a casarse. Algunas novias llevaban incluso una réplica sin usar de la original con idea de entregársela a la invitada y conservar la suya como un valioso recuerdo de la boda e incluso algunas llevan más de una liga para cumplir con este ritual con varias amigas.
La manera de colocar las ligas de novia en la pierna depende principalmente del vestido. Si es amplio no importa dónde la lleves, pero si es de corte sirena es preferible colocarla en la zona donde empieza el vuelo para evitar que se marque. Si el vestido es muy estrecho debes elegir una liga que apenas abulte, para que no se note. Es importante probártela antes de comprarla pues debe quedar perfectamente ajustada a la pierna para que no se caiga al andar, pero sin apretarla en exceso para evitar que se forme una mollita.
En cuanto a los tipos de ligas para novia, la variedad es casi infinita, tanto como vestidos de novia hay en el mercado. Puedes encontrar ligas finas o gruesas, lisas, brocadas, de encaje de bolillos, con pedrería u otro tipo de aplicaciones y lo ideal es elegir un modelo que vaya en línea con el vestido.
Muchos diseñadores ofrecen la posibilidad de crear ligas de novia personalizadas con el colorido o los detalles elegidos por la novia e incluso hay chicas que no las encuentran de su gusto y se atreven a hacer la suya con sus propias manos. Si quieres saber cómo hacer una liga de novia, es imprescindible en primer lugar tomar la medida del contorno del muslo y asegurarte de que quede ajustada pero no apretada.
En cuanto al material que necesitas, la liga clásica es una tira bordada, de encaje de bolillos o de puntillas de chantilly, así que debes hacerte con un metro de cualquiera de estos tejidos, aunque puedes optar por otros como el tul, el raso o uno similar al de tu vestido de novia. También necesitas un trozo de elástico plano (la medida del contorno del muslo) y si te atreves con ellos puedes añadir elementos decorativos a tu gusto como una cinta de raso de color (generalmente se elige el azul), unas plumas, un camafeo, piedras o perlas…, pero recuerda que cuanto más sencilla, más elegante quedará.
El proceso es el siguiente: coloca sobre el elástico la tela de encaje o la que hayas elegido, haciendo pequeños pliegues (más o menos dependiendo de cuánto quieres que abulte la liga) de manera que parezca que está fruncida. Cose la cinta de encaje al elástico con puntadas en zig-zag para que al ajustarla a la pierna no salte el hilo y termina la liga con el detalle que hayas elegido.
Otra opción menos romántica, pero mucho más práctica, moderna y cómoda, es utilizar unas medias con bandas de silicona rematadas con encaje. Hacen el efecto de liga, pero son más discretas, apenas se notan y te aseguras de que no se caerán ni durante el baile. Eso sí, olvídate de cualquier tipo de tradición. Si lo que buscas es dar un toque vintage y sexy a tu lencería, opta por un liguero de cintura con bandas elásticas para sujetar las medias.