Elegancia sin estridencias, ese es el equilibrio que deben conseguir tanto la madrina como la madre de la novia a la hora de elegir su look para la boda. Son acompañantes, no protagonistas, pero tampoco se trata de una invitada cualquiera que pueda pasar desapercibida. Además, existe un protocolo que tanto las madres de las novias como las madrinas de boda deben cumplir y es mejor hacerlo con estilo.
Desde luego no hay un look único y válido para todas, va a depender la edad, del estilo y del tipo de boda, pero tanto la madre de la novia como la madrina deben quedar en un segundo plano y nunca competir con el protagonismo de la novia.
Existen muchas opciones que pueden provocar dudas: vestido largo o a media pierna, usar mantilla, tocado o no llevar adornos en la cabeza, vestido estampado o liso, clásica o moderna… Lo cierto es que cualquiera de estas ideas es buena, pero tiene que estar en su justa medida.
Las madrinas de boda que quieran llevar mantilla deben tener en cuenta que este accesorio va a condicionar el resto de la indumentaria: la mantilla debe ser negra, el vestido largo (no importa si la boda es de día o de noche) de una pieza y de manga larga o francesa, aunque esta norma ya no es tan estricta. En cuanto a las joyas, el broche con el que se sujeta la mantilla se suele llevar a juego con los pendientes.
Otra opción perfecta para madrinas elegantes y para la madre de la novia es elegir un tocado o un sombrero, aunque si se trata de pamelas sólo son adecuadas para una boda de día, no deben sobrepasar la medida de los hombros y nunca se combinan con un vestido largo.
En cuanto a los tocados, dependerá del vestido elegido, aunque aquí van algunas ideas: si buscas una pieza sencilla con un punto de sofisticación, apuesta por una diadema con velito; si quieres un tocado que además te sume centímetro, elige uno con adornos (lazo, plumas, flores…) que se eleven en vertical; si quieres un toque exótico hazte con un turbante y si lo que buscas es rematar tu estilismo con una pieza de estilo vintage, hazte con un casquete a lo Jacquie Kennedy.
No hacen falta ni tocados, ni mantillas ni grandes joyas para ser una madrina en toda regla o una madre de novia elegante, pues llevar o no tocado es una elección como la de cualquier otra invitada. Un patrón adecuado a tu cuerpo, un color que te favorezca y un detalle que te distinga del resto de invitadas, unas bonitas joyas o un clutch que contraste con tu vestido (mejor si no va a juego con los zapatos) y será más que suficiente para un resultado sobresaliente.
La elegancia no está reñida con el color, puedes apostar por un patrón sencillo en un color vibrante o en tonos pastel, especialmente si se trata de una boda de día en primavera y ser una madrina con estilo. Si quieres ser una madrina elegante y vas a elegir un estampado, mejor que sea algo suave o en diferentes tonalidades del mismo color, no es conveniente distraer del verdadero objetivo de la boda. Si eres la madre de la novia puedes ser algo más atrevida, pero recuerda que estás en una boda y tampoco hay que volverse loca.
Si como hermana te toca hacer de madrina porque tu madre no puede asumir ese papel, una buena idea es recuperar una prenda del armario de tu madre y dale tu toque personal. Si tienes la suerte de encontrar en su armario una prenda espectacular, acompáñala de otras neutras y conviértela en protagonista del look. Si vuestros gustos o talla no son similares, elije una de sus joyas y colócala en un lugar visible.
La elegancia no está reñida con la juventud y si la madrina o la madre de la novia es una mujer joven, no tienen por qué adoptar un estilo conservador. Lo ideal es que respetes tus gustos y solo te impongas ciertas limitaciones: evitar los escotes excesivos, los volúmenes teatrales o recargarte con demasiados brillos y lentejuelas. Para la madrina son perfectos los vestidos largos de color liso (gris, azul marino y plomo, verde musgo, marrón, burdeos o berenjena para invierno y rosa, mandarina, violeta, carmín o verde esmeralda en verano), aunque también puedes optar por un largo midi y estampados gráficos o muy sutiles.