Semanas antes de que llegara el día, la Casa Real británica anunció que Meghan y Harry querían que sus regalos de boda se tradujesen en donaciones para las causas que, desde que se conocieron, han ido apoyando con su imagen. Días más tardes, medios ingleses filtraron que la pareja había creado una lista para familiares y amigos cercanos con piezas de decoración para su nuevo hogar. Sofás de lujo, cubertería, edredones, lámparas de diseño... Todo de la firma Soho House, según cuenta The Times.
Lo que nadie esperaba es que tanto fervor ciudadano terminaría traduciendose en la friolera de siete millones de libras (ocho millones de euros) en regalos, tal y como publica el Diario Express. En el remitente, centenares de anónimos, marcas, empresas y algún que otro vip que quisieron demostrar su cariño a Meghan y Harry una vez convertidos en marido y mujer. Sin embargo, nada de esto ha podido llegar a sus manos. Las normas de Kensington lo dicen bien claro.
"Por razones de seguridad, el Equipo de Correspondencia de la Reina no puede aceptar regalos que no hayan sido solicitados", expone la página web de Casa Real. "Los obsequios ofrecidos por personas privadas que viven en el Reino Unido y que no son personalmente conocidos por miembros de la familia real deben rechazarse cuando existan dudas sobre la procedencia o las motivaciones del donante".
El resto de donaciones que surgieron gracias a la boda sí han ido a parar a organizaciones benéficas. En total eran siete organizaciones que reúnen las causas que preocupan a la pareja: The Wilderness Foundation UK (por la conservación de la naturaleza salvaje), Surfers Against Sewage (igual, pero enfocado al mar), Scotty’s Little Soldiers (para huérfanos de soldados), Chiva (contra el VIH), Myna Mahila Foundation (por las mujeres desfavorecidas de Mumbai) y Street Games (programa centrado en conseguir que el deporte cambie vidas).