España es un país de tradiciones. Sí, cuando vivimos un momento especial solemos llevar a cabo unas acciones concretas que, según nuestras creencias, nos darán buena suerte. Por ejemplo, cuando se compra una casa se dice que hay que entrar con el pie derecho o el día de la boda el novio no deberá ver a su futura esposa antes de la ceremonia. Porque sí, los enlaces tienen una gran cantidad de tradiciones que muchos novios deciden seguir a rajatabla. Estas podrían separarse incluso por comunidades autónomas y por pueblos, porque cada boda en cada rincón de España es un mundo. Aunque eso sí, hay ciertas tradiciones que están muy extendidas y son comunes a todos los enlaces.
Como ya hemos comentado, una de las tradiciones que más asentadas en nuestro país es que el novio no puede ver a la novia antes de la ceremonia. Tampoco podrán dormir juntos la noche anterior al enlace. Es el padre de la novia quien tendrá que 'velar' para que la novia no sea vista por su futuro marido hasta que lleguen el altar.
Otra tradición que se da en prácticamente todas las bodas, más concretamente en las novias, es la de llevar una liga. Esta podrá ser de cualquier color, pero muchas novias la eligen azul por aquello de llevar 'algo nuevo, algo prestado y -en este caso- algo azul'. La novia podrá decidir si la regala durante el convite y la posterior fiesta o se la quita en la intimidad de la noche de bodas. Otro momento muy repetido en los enlaces patrios es el momento de las arras, que serán trece monedas que el novio le dará a la novia con la promesa de cuidarla y mantenerla durante toda su vida.
Al concluir la ceremonia, todos los invitados esperarán fuera del lugar donde se ha llevado a cabo la ceremonia a que salga la pareja ya convertida en marido y mujer. En ese momento le lanzarán arroz para desearles buena suerte en esta nueva etapa de la vida. También, en algunos enlaces se lanzarán petardos para celebrar la unión.
El ramo también estará lleno de tradición. Lo que marca la historia es que la novia, después de salir del lugar donde ha contraído matrimonio, reúna a todas las invitadas solteras y les lance las flores. Ahora, la cosa ha cambiado un poco y la novia suele esperar hasta después del convite para llevar a cabo este tradicional momento. Se suele decir que la chica que coja el ramo será la próxima en pasar por el altar.
En el convite habrá una mesa principal, donde se encuentren los novios y sus padres, respectivamente. Una vez que este ya ha empezado, lo que dicta la tradición es que los novios se paseen por las mesas obsequiando a los invitados con un pequeño regalo. A los hombres se les suele regalar una botella de vino o una colonia y a las mujeres, algún detalle como maquillaje o un fular para las noches de frío.
Durante el convite, será tradición que los amigos del novio lean algunas palabras y que le gasten algún tipo de broma. Una vez que los novios y todos los invitados han disfrutado del banquete se cortará la tarta. Así, según la tradición, los novios le darán a una pareja cercana los muñecos del pastel. Este gesto significará que la pareja se casará muy pronto y, de ahí, el dicho de “de una boda, sale otra”.
Después del convite llegará la hora del baile y la tradición marca que serán los novios quienes lo inicien. En este caso se podrá hacer con un vals o balada, aunque también se puede buscar un baile más elaborado y divertido que deje a todos los invitados con la boca abierta. La última tradición será el viaje de novios o luna de miel, donde los novios disfrutarán de su amor y de unos días para ellos solos.
Como ya hemos comentado, estas tradiciones son las más comunes, pero existen variantes dependiendo de la comunidad autónoma. Por ejemplo, en Andalucía muchas parejas celebran la llamada “velación” y colocarán un gran velo sobre los hombros del novio y la cabeza de la novia con el fin de expresar ese punto de unión. Esto se hace, sobre todo, en las bodas religiosas. En Asturias se celebran las bodas “vaqueiras”, que son típicas de la comunidad. Se trata de una celebración muy antigua que incluye conciertos y bailes tradicionales. En Cataluña, una de sus tradiciones más bonitas es que el padrino le lea unos versos a la novia, escritos por él mismo, mientras le entrega el ramo con el que acudirá a la boda.
En Galicia, durante el aperitivo, suele haber una persona tocando la gaita en directo y, en ocasiones, se contrata a un pulpero. También, en muchas regiones, se llevan huevos a la monjas Clarisas para que les haga buen tiempo el día del enlace.