Vestido de invitada de terciopelo, un clásico con el que acertarás en tus bodas de invierno

  • El terciopelo es un tejido visualmente muy rico y con aspecto de abrigar con el que necesitas pocos adornos para ir bien vestida

Las bodas de invierno son una excusa perfecta para lucir todo tipo de prendas de abrigo, de las capas de fantasía a las pieles más glamurosas, sombreros y hasta manguitos, el problema surge a la hora de elegir qué vestido te pones debajo, porque no todos los tejidos son apropiados para esta época del año ni todos lucen igual de bien.

Un vestido de terciopelo es una de las mejores opciones que puedes barajar para esta época del año ya que es un tejido visualmente muy rico, con aspecto de abrigar (al menos algo más que las gasas y las sedas) y necesita pocos adornos para ir bien vestida, por eso se ha convertido en uno de los favoritos para invitadas de boda y otros eventos especiales que se celebran en invierno.

Existen muchas opciones que se pueden adaptar al estilo particular de cada mujer, de los vestidos midi rectos o amplios a los de tamaño mini ajustados, sin olvidar los largos o los de tipo blazer, los negros, los de color, los estampados, los lisos o drapeados, con abertura en la pierna, con escote en el delantero, en la espalda o asimétrico, de manga larga e incluso hasta de tirantes. Inspírate en estos modelos para encontrar el look de invitada que se ajusta a tus gustos y tu personalidad.

Vestidos largos

Un sencillo vestido de tirantes en un color invernal, berenjena, verde o azul son apuestas seguras, es una elección clásica pero perfecta para una boda de tarde y noche. Si quieres darle un toque sexy, sin que resulte excesivo, apuesta por una abertura en la falda que deje ver la pierna al moverte o por un escote de vértigo en la espalda.

También puedes optar por la manga larga y por unas tonalidades invernales más divertidas entre las que se encuentran el color calabaza, el mostaza o la gama más apagada de los rojos. Si apuestas por este tipo de colorido, elige patrones sencillos como un vestido tipo túnica con un escote pronunciado para que el color sea el auténtico protagonista.

Un vestido largo de escote asimétrico puede ser una apuesta muy favorecedora si lo elijes en un color de terciopelo neutro. Con cualquiera de las tonalidades marrones, un azul oscuro, los grises e incluso el negro tienes el éxito asegurado y apenas necesitas un bolso y unos pendientes para brillar.

Vestidos midi

Si prefieres el largo midi, una de las opciones más versátiles es elegirlo en color negro porque te servirá como fondo de armario durante muchas temporadas y para infinidad de eventos. Si quieres lucirlo en una boda y que resulte espectacular, tira de complementos: anímalo con alguna joya importante y combínalo con un zapato impresionante.

Si buscas un vestido de terciopelo para una boda de día tienes la opción de recurrir a los estampados y bordados. Los estampados geométricos te darán un aire vintage muy de tendencia y un bordado de flores pueden dar un toque oriental a tu vestido, que si sabes explotar bien puede resultar de lo más original.

Vestidos cortos

No hay que descartar los vestidos mini, que en terciopelo pueden resultar de lo más glamurosos. Un vestido-blazer de cuello esmoquin tiene ese aire clásico indiscutible del dos piezas con el sexy añadido del largo mini. Tienes opciones para elegir modelos más o menos ceñidos, depende del patrón que te haga sentir más cómoda y puedes combinarlo con un taconazo que ayude a estilizar la figura.

Las más jóvenes pueden apostar por el clásico vestido tubo de terciopelo elástico que las hará sentir igual que si fuera sábado por la noche. Para combinarlo, está la opción de arriesgar con el look y darle un rollo muy actual con un botín o con botas de caña media o alta y la posibilidad de llevarlo al estilo tradicional con zapatos planos o de tacón medio o alto.

Más sofisticados son los modelos con drapeados, que piden a gritos un taconazo para convertirte en la reina de la pista. Si bien el terciopelo queda mucho más elegante cuanto más sencillo es su patrón, las dosis de glamur de los vestidos mini drapeados es indiscutible, aunque también lo es que hay que tener un cuerpo diez para que luzca bien.