No fumes
La regla número uno y la actividad que más estropea y afea la piel es fumar tabaco. Las sustancias que contiene el tabaco producen sequedad, manchas y arrugas, ya que son absorbidas por los órganos purificadores del cuerpo y de esta firma acaban en la sangre haciendo daño a las células.
Contaminación
Sentimos confirmarte que si vives en una gran ciudad tu piel siempre va a sufrir más que la de alguien que vive cerca de la naturaleza y alejada de atascos continuos y fábricas de todo tipo. El colágeno natural que contiene nuestra piel se ve destruido a causa de las toxinas y la contaminación presentes en el aire.
Exposición al sol
Estar continuamente expuesto al sol supone tanto un riesgo frente a enfermedades de tipo cancerígenas. También la sobrexposición a la luz solar fomenta la aparición de manchas que surgen después de años ya que la piel tiene efecto memoria y el daño solar que han recibido nuestras células se refleja de esta forma. El fotoenvejecimiento es uno de los mayores enemigos del envejecimiento cutáneo.
Deshidratación
Para que la piel no comience a adquirir un aspecto opaco ni tenso deberías beber en torno a dos litros de agua al día. Si las dermis perdieran este componente tan importante dejaría de producir nuevas células, la piel es como una flor que si no se riega se muere. También es importante seguir una rutina de hidratación tanto de cremas adecuadas a tu tipo de piel como desmaquillarte antes de irte a dormir, además de usar un tónico.
Estrés
Aunque aparentemente pueda parecer que el estrés no guarda una relación directa con la piel, el estrés crónico afecta al sistema inmune generando una disfunción y daño en el ADN. Todavía no hay una evidencia científica sobre cómo estos factores están vinculados con el envejecimiento de la piel pero se sabe que el estrés es oxidativo.
Duerme
Durante la noche las células de la piel se regeneran ya que aprovechan el momento en que no estamos expuestos a la luz, tanto solar como artificial, por lo que si no duermes el número de horas necesarias las células no tienen tiempo de hacer el proceso completo. Debido a esto aparecen los signos de envejecimiento y se reduce la función barrera de la epidermis.