Las muertes más extrañas en las casas reales: de Lady Di al hermano del rey Juan Carlos
Las casas reales europeas han sido protagonistas de una infinidad de desgracias
Pocas personas pueden olvidar el trágico fallecimiento de Diana de Gales o el hermano del rey Juan Carlos
En Divinity hacemos un repaso de las muertes más extrañas sucedidas en las casas reales europeas
Las casas reales siempre han traído consigo un halo de incertidumbre, de historias poco contadas, secretismo y, en algunas ocasiones, desgracias. Porque aunque pertenezcas a una de las familias reales de Europa, no quiere decir que en tu vida no vayan a desarrollarse distintos momentos complicados. Al final, todos somos personas. Eso sí, muchas de estas historias trágicas bien podrían ser objeto de película.
Alfonso de Borbón y Borbón
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Uno de los momentos más complicados de nuestra casa real fue el fallecimiento de Alfonso de Borbón y Borbón, hermano de Juan Carlos I. Corría el año 1956 y Alfonso, de 15 años, y Juan Carlos, de 18, estaban jugando con unas pistolas que, aparentemente, estaban descargadas. Sus padres, que se encontraban en una habitación cercana, oyeron un tiro y se acercaron donde estaban sus hijos para ver qué había sucedido.
Ahí se encontraron a su hijo Alfonso ya fallecido. Todo apuntaba a que quien había disparado el arma había sido Juan Carlos. A partir de ese momento, toda la familia guardó un silencio que se ha extendido hasta nuestros días. Tras este trágico suceso, la madre del rey emérito sufrió una grave depresión que, además, desencadenó una infinidad de hipótesis y conjeturas.
Grace Kelly
Si nos vamos un poco más lejos, concretamente a Mónaco, también nos podemos encontrar una de las tragedias que marcaría la vida de la casa real para siempre. Grace Kelly, durante los años 40, se convirtió en una de las actrices más conocidas de Hollywood. Esto no impidió que lo dejara todo por amor y se trasladara hasta el país monegasco para casarse con su rey, Raniero. Así, juntos tuvieron tres hijos: Carolina, Alberto y Estefanía.
Fue con esta última con la que Grace Kelly estaba dando un paseo en coche cuando sufrió un grave accidente. Se dice que el automóvil lo conducía su hija, que este se salió en una curva y se acabó estrellando. Lo único que se sabe con ciencia cierta fue el trágico desenlace: Grace acabó falleciendo. Además, curiosamente, el accidente se produjo en la misma carretera donde la propia actriz rodó una de sus películas más conocidas, Atrapa a un ladrón.
Alfonso de Borbón
Uno de los mayores enemigos de las casas reales, según hemos podido ver con el paso del tiempo, es la nieve. Así, lo podemos constatar en la trágica muerte de Alfonso de Borbón. Cabe destacar que el hijo mayor del Infante Jaime de Borbón, hijo de Alfonso XIII, no tuvo mucha suerte en la vida. Primero vivió la muerte de su hijo Francisco, quien nació de su matrimonio con Carmen Martínez-Bordiú. El niño murió en un accidente de coche donde también viajaba su hermano, Luis Alfonso de Borbón, que resultó herido.
Unos años más tarde, Alfonso de Borbón se encontraba esquiando en la estación de Beaver Creek en Colorado cuando, al bajar por una pista, no vio un cable de acero. Este, directamente, le sesgó el cuello. Alfonso se había traslado hasta ahí para revisar las pistas para el campeonato mundial de esquí alpino que se celebraba al día siguiente. Tras el accidente comenzaron a surgir diferentes versiones y muchas dudas.
Stéfano Casiraghi
Tampoco tuvo mucha suerte en la vida Stéfano Casiraghi, el marido de Carolina de Mónaco. El joven, con gran experiencia en el mundo del deporte, chocó su lancha contra una ola cuando intentaba hacerse con el título de campeón del mundo de off-shore. Casiraghi, que tenía 30 años y tres hijos, murió al instante. Para Carolina este fue el momento más complicado de su vida, después de la muerte de su madre, y por eso decidió mudarse junto a sus vástagos a la Provenza francesa. Más concretamente a la localidad de Saint Remy, donde guardó seis años de luto.
Lady Di
Sin duda, si hay una muerte trágica y que pasará a la historia, es la de Diana de Gales. Era el 31 de agosto de 1997, Lady Di se había vuelto una figura bastante incómoda para la monarquía inglesa y, por eso, había decidido poner tierra de por medio y pasar unos días en París. A sus hijos les había prometido que volvería cuanto antes.
No estaba sola, se encontraba en la ciudad del amor junto a su novio, Dodi Al Fayed, con quien salió del Hotel Ritz. A los pocos metros y en un túnel, el coche en el que iba, perseguido por paparazzis, se acabó estrellando. El resultado fue la muerte de Diana y de su novio. Tras los fallecimientos fueron muchas las especulaciones que salieron a la luz y que hablaban de un homicidio o un plan orquestado por la mismísima Isabel II.
Friso de Holanda
Como ya hemos comentado, la familia real y la nieve no hacen una buena pareja. Friso de Holanda, el segundo hijo de la reina emérita Beatriz, quedó sepultado bajo un alud. Todo sucedió en febrero de 2012 cuando la familia real al completo disfrutaba de unos días de vacaciones en Austria. El príncipe decidió esquiar fuera de pista y estuvo sepultado durante más de quince minutos. Así, permaneció en coma hasta agosto de 2013, cuando acabó falleciendo. El hombre estaba casado con Mabel Wise, por la que había renunciado a sus derechos dinásticos, y tenía dos hijas: Luana y Zaria.