El 1 de noviembre de 2003 Letizia Ortiz Rocasolano pasó de ser una conocida presentadora del Telediario a la prometida del de aquella todavía príncipe Felipe. Fue entonces momento de querer saberlo todo sobre quien en 2014 se convirtió finalmente en reina de España: desde quién integraba su desconocida familia hasta su discreto primer matrimonio con Alonso Guerrero, pasando por su marcada personalidad, sobre la que se hicieron decenas de perfiles. Otra de las incógnitas tuvo que ver con un detalle que había pasado desapercibido durante su etapa como periodista. ¿Por qué Letizia se escribe con zeta y no con ce, como es habitual en nuestro país? Analizamos lo que se sabe al respecto de esta anomalía ortográfica del nombre de la reina a la que nos hemos terminado acostumbrado.
Desde el anuncio del compromiso y la posterior pedida de mano en el palacio de El Pardo, mítico "Déjame terminar" mediante, comenzaron a surgir distintas teorías respecto del uso de la última letra del abecedario en el nombre de la monarca. Esencialmente había dos tesis sobre el asunto. Por un lado, se aseguró en algunos medios de comunicación que se trataba de un error achacable al funcionario del Registro Civil que inscribió a la reina cuando nació. Según esta versión, el empleado era italiano y habría escrito el nombre como es costumbre en el país transalpino, con zeta.
Otra de las hipótesis más difundidas tenía que ver también con otro error, en este caso de su propia madre, Paloma Rocasolano, que se habría confundido al escribirlo en el Registro. Lo cierto es que, pese a la falta de una confirmación oficial por parte de casa real, ha sido el diario El Mundo quien ha aportado más luz sobre este detalle. Según el periódico, sí fue la abuela de la princesa Leonor y la infanta Sofía la artífice de que la zeta formase parte del nombre de la monarca, pero no fue ninguna equivocación.
Al parecer, Paloma era seguidora del grupo 'Viva la gente' a principios de los 70, y llegó a conocerlos en persona. Considerados una "entidad internacional educativa sin ánimo de lucro", pretendían despertar conciencias a lo largo del globo, alojándose en casas de familias españolas. Rocasolano trató así con una de las cantantes, que era italiana y se llamaba Letizia. Le gustó tanto el nombre que lo rescató cuando dio a luz a su primogénita.
Siguiendo lo recogido por el mencionado diario, que la hija mayor de los Ortiz-Rocasolano tuviese el deseado nombre no fue una tarea sencilla. Cuando su padre, Jesús Ortiz, acudió al Registro para inscribir a la pequeña, le comentaron que no era posible, ya que Letizia no es un nombre registrado en el santoral católico (un requisito por aquel entonces, que ha decaído con el paso de los años). La opción que le ofrecían al padre de la reina era añadirle el tradicional María delante: María de la Letizia podría haber sido el nombre de la monarca.
Finalmente, siempre según el relato de la periodista Carmen Duerto en El Mundo, el padre acudió al Obispado para solicitar una autorización, ante su rechazo a la imposición de dicho nombre compuesto. Por suerte encontró allí a un religioso que conocía de la advocación de una Virgen venerada en un santuario italiano, llamada la Madonna della Letizia, lo que hizo que se permitiese la autorización y se pudiese proceder a la posterior inscripción.
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