Carlos III se quita la túnica y se sienta en la silla de Eduardo. El arzobispo unta aceite en su cabeza, pecho y manos, en forma de cruz. Es el único momento de la coronación que no permiten ver para preservar su intimidad, algo que también ocurrió en la coronación de su madre, la reina Isabel II.
El aceite que untan a Carlos III está basado en el que se utilizó en la coronación de la reina Isabel II, pero se ha hecho un cambio en la fórmula tradicional. El original contenía aceite de civeta africana, extraído de las glándulas anales de estos pequeños mamíferos felinos, y ámbar gris de los intestinos de las ballenas. Sin embargo, el que se ha utilizado hoy es apto para veganos, un gesto de Carlos III para reflejar, una vez más, su sensibilidad con el medio ambiente.
@Yui Mok
Coronación Carlos IIIYui Mok