Amalia de Holanda ha cambiado de opinión. Después de que en 2021 renunciara a la asignación anual que le corresponde por su título, siguiendo los pasos de otras herederas, como Elisabeth de Bélgica, ahora ha decidido que sí que quiere percibir ese millón y medio de euros al que tiene derecho. Entonces, a punto de cumplir 18 años, explicó que sólo utilizaría ese dinero en caso grandes gastos en su preparación como futura reina. Pero ya no piensa de la misma forma y para revocar la decisión que entonces tomó, la Princesa de Orange ha escrito una carta al primer ministro de Holanda, Mark Rutte, una decisión que ha levantado ampollas y por la que ha tenido que dar explicaciones.
En esta misiva, que posteriormente se ha hecho pública, la joven explicaba a Mark Rutte, primer ministro de los Países Bajos, que ya no le gustaría devolver esa cifra que recibe anualmente, como ha hecho hasta ahora. Esta cuestión ha recabado gran parte de la atención durante el tradicional posado de verano que la familia real holandesa realiza cada año en la que esta vez además, tanto Amalia como Alexia, las dos hijas mayores de los Reyes de Holanda, les han acompañado en su conversación con la prensa, no así Ariane, que todavía es menor de edad. Parte de la ciudadanía esperaba que antes o después cambiara su decisión, pero no tan pronto, por lo que se asumió que el cambio se debía a una mayor involucración en su funciones institucionales. Sin embargo, esto no va a ser así, al menos inmediatamente y esto ha suscitado una gran polémica en el pueblo.
En este encuentro en los jardines del Palacio Huis ten Bosch, en La Haya, los periodistas no han dudado en preguntar a la Princesa para qué iba a destinar esta cantidad de dinero y ella ha dado una sorprendente respuestas: “para guardarlo”. Por tanto el motivo del cambio de opinión es poder ahorrar e ir controlando ella misma cuánto dinero tiene y cuánto dinero se quiere gastar en su preparación para, algún día, ser reina. Para zanjar el revuelo que ha provocado este asunto, desde la Casa Real han comunicado que de momento, Amalia tampoco tocará los 320.000 euros que le corresponden como asignación personal, al margen de la otra cifra. No formará parte de su cuenta bancaria y que no será hasta que acabe su paso por la Universidad, donde estudia Política, Economía, Derecho y Psicología.
Amalia tendrá a su disposición el millón y medio de euros anuales, que en principio no iba a percibir hasta que no acabara sus estudios, a partir de 2025. En la misiva que le envió a Rutte mostró su interés por comenzar a realizar las funciones que le corresponden, aunque parece que no será de forma inmediata: “Con el paso del tiempo y otras circunstancias sorprendentes, ahora es previsible que tendré que tener en cuenta gastos de personal y materiales con vistas a cumplir mi función de forma independiente y autónoma, incluyendo una secretaría y reservas para un lugar donde vivir y trabajar”. Cuando renunció a la asignación explicó que se sentía incómoda recibiendo ese dinero, “teniendo tan poco que ofrecer a cambio”.
Así, se deja entrever que la Princesa, en un futuro, tiene intención de abandonar la casa familiar para instalarse en una residencia independiente y con esta asignación quiere abordar los gasto que ello conlleva.
La que sí se ha mantenido firme en su renuncia a la asignación que le corresponde es Elisabeth de Bélgica. El plan que hay diseñado para ella es que no reciba ninguna asignación hasta que no termine sus estudios. De esta forma, la princesa estará centrada en su formación y será en el momento que termine esta, cuando se dedique plenamente a la vida institucional, momento en el que comenzará a percibir una paga. El caso de la Princesa de Asturias, tampoco recibe dinero de las arcas del Estado. Cuando la primogénita de los reyes ejerza su papel de Heredera, ahora está centrada en su formación militar, será su padre quien le asigne una parte de la partida que recibe la Casa Real.