Los preparativos secretos para la abdicación de Juan Carlos I

La decisión de Juan Carlos I de abdicar no fue sencilla, de hecho llevaba un tiempo barajando la posibilidad de dar un paso a un lado y dejar que su hijo ocupara el lugar que él había tenido durante las últimas décadas, pero la situación hizo que tuviera que ser un poco más pronto de lo que él tenía pensado y en un clima un poco más tenso. 

En junio de 2014 las cosas se precipitaron, el presidente del Gobierno anunciaba la intención de don Juan Carlos de pasar la corona a su hijo y el día 19 de ese mismo mes se hacía oficial, Juan Carlos abdicaba y el príncipe de Asturias pasaba a ser el rey Felipe VI. Un proceso que se llevó con la máxima discreción y que incluyó muchos y secretos preparativos

Los preparativos secretos para la abdicación de Juan Carlos I

La posición de la Corona no era la mejor en el momento en el que se tomó la decisión, tiempo antes de hacerla pública. Varios escándalos habían estado sumándose y desgastando la imagen pública tanto del monarca como de la institución, la implicación de los duques de Palma en el caso Nóos, que llevó a apartar a Urdangarin de las instituciones, la cacería en Botswana, por la que tuvo que pedir disculpas públicas, y los problemas de salud del monarca, que daban una imagen de agotamiento. 

Era importante para todos los implicados en este cambio que todo permaneciera oculto hasta que todas las decisiones estuvieran tomadas y todo quedara bien atado. Se buscaba que don Juan Carlos le diera el testigo a su hijo sin que nadie pusiera en duda la legitimidad de la institución, así como la posibilidad de que la Monarquía en sí misma se pudiera en entredicho. 

“Fue bastante milagroso que no se filtrara nada en todo es tiempo. El 2 de junio, me levanté a las 6.00 horas, puse la radio… y silencio. Ni una palabra de lo que iba a pasar pocas horas después. Y me volví a dormir”, reveló en un coloquio en el Ateneo de Madrid, Rafael Spottorno, quien era jefe de la Casa del Rey.

Se quiso esperar hasta después de las elecciones Europeas, para no interferir en la campaña, pero no tanto como para que comenzara el verano, para que el Parlamento estuviera activo. Con apenas una semana de antelación se informó a Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, y poco después a Rubalcaba, jefe de la oposición, quien pospuso su dimisión hasta que se produjo el relevo en el trono, asegurando el apoyo del PSOE. 

Fueron tres meses de reuniones privadas, casi clandestinas, que se producían cuando todo el mundo se había marchado a casa, se destruían los documentos impresos y se guardaban los electrónicos en lugar seguro. Una vez que todo quedó más o menos establecido, se incorporó al equipo a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y su mano derecha.

La abdicación del Rey fue diseñada por Rafael Spottorno, jefe de la Casa Real, Domingo Martínez Palomo, jefe de gabinete, Alfonso Sanz Portolés, secretario general, y Jaime Alfonsín, jefe de la secretaría del entonces Príncipe de Asturias. Poco a poco se fue informando a quien se consideró que debía saberlo y también se ha señalado que don Felipe y doña Letizia formaron parte de algunas de esas reuniones. Tras el anuncio oficial, el propio rey Juan Carlos se encargó de llamar a algunas personas concretas para despedirse personalmente.