Secreta y con algunas ausencias: así fue la boda de Mafalda de Bulgaria y Marc Abousleiman
La pareja se casó en una boda privada e íntima tras más de ocho años de discreta relación
Mafalda es princesa de nacimiento, pero artista de vocación y ha dedicado su vida a la música
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Mafalda de Bulgaria, hija de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal, siempre ha hecho las cosas a su manera. A pesar de formar parte de la familia real, ella ha tenido claro que tenía que seguir su propio camino y no ha dudado a la hora de hacerlo, teniendo en muchas ocasiones a su madre como inspiración.
Sorprendió a todos cuando no dudó en seguir su pasión en el mundo de la música, donde es conocida como Ona Mafalda (precisamente ese Ona se lo puso como homenaje a Mallorca, la tierra de su madre, y con él comenzó en 2022 una nueva etapa en su carrera), pero también lo hizo al protagonizar una boda blindada, celebrada casi por sorpresa y donde las ausencias no consiguieron eclipsar a la lista de ilustres invitados.
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Una ceremonia que se celebró como todo en la vida de Mafalda, de manera discreta y sin dar demasiadas explicaciones. Ella ha conseguido formar parte de una destacada familia y tener una carrera musical en la que incluso ejerció como telonera de Coldplay en Barcelona y seguir manteniendo los momentos importantes de su vida en la intimidad.
La boda de Mafalda de Bulgaria y Marc Abousleiman
Tras más de ocho años de discreta relación, Mafalda y Marc decidieron que era el momento de protagonizar una boda igual de discreta. La pareja planeó un enlace civil en Boston, donde Abousleiman estaba realizando un máster en Harvard; semanas después, el 28 de mayo de 2022, celebraron un oficio religioso en la finca ‘Son Pons de Cardaix’, en Mallorca, propiedad de Rosario Nadal, madre de la novia.
Un enlace que no llegó a ser una boda religiosa, pero que para los novios fue suficiente para reunir a todos sus seres queridos y frente a ellos, jurarse amor eterno. No faltaron los padres de la novia, así como los familiares más cercanos, pero también estuvieron presentes amigos como Olivia Palermo, Nieves Álvarez, las infantas Elena y Cristina o la princesa Mette-Marit de Noruega, con sus tres hijos.
Faltó Haakon, pero sobre todo se destacó la ausencia de la tía de la novia, Kalina de Bulgaria, y su marido, Kitín Muñoz. Al parecer, y según anunció Vanitatis, no habían sido invitados al enlace, lo que dejaba entrever que las relaciones entre la familia no eran las más fluidas.
Más allá de este detalle, el enlace estuvo marcado por la personalidad de los novios y poco ha trascendido sobre la señalada fecha. Tan solo que la novia lució un vestido vintage de Valentino que había pertenecido a su madre, Rosario Nadal, que fue musa de la firma durante décadas, entallado y de color marfil, tal y como recogió la revista Hola en sus páginas.
Pocos detalles, pero suficientes para saber que esa boda fue un enlace íntimo y personal, cargado de momentos emotivos y donde la figura de Nadal tuvo una importancia destacada, tanto a la hora de escoger el lugar como el vestido de la novia, porque para Mafalda, su madre es todo un orgullo e inspiración y siempre la tiene presente.