La misteriosa vida de Lalla Salma, exmujer de Mohamed VI, tras su divorcio del rey

En el año 1999, Mohamed Vi anunció que estaba prometido a Lalla Salma, algo que causó toda una revolución. Su larga cabellera pelirroja, que no cubría con un velo, se convirtió durante mucho tiempo en su seña de identidad, también el hecho de que, tras la boda celebrada en 2022, pasara a ser princesa real de Marruecos, la primera que recibía ese título. 

Ambos se habían conocido en una fiesta privada y siempre se ha asegurado que fue amor a primera vista, su boda fue un evento íntimo y marcó el camino hacia la modernización de la institución en algunos aspectos. Ella siempre mostró su personalidad, de ella se dijo que era natural y sencilla, que daba de comer a sus hijos y caminaba descalza por casa. 

No perdió de vista todo lo que podía hacer y por eso también aprovechó su posición para aportar su granito de arena a la sociedad, a través de la presidencia de la Fundación Lalla Salma para la lucha contra el cáncer, entre otros proyectos. 

Los rumores sobre el final de su matrimonio comenzaron a sonar con fuerza en 2018, cuando el Rey tuvo que ser operado y en las imágenes no había ni rastro de su esposa. Antes de celebrar su dieciséis aniversario de boda, el divorcio ya era efectivo y cada uno seguía su camino. 

La separación del matrimonio supuso un punto de inflexión en la vida de Lalla Salma, que desapareció de la vida pública, aunque ya hacía tiempo que su presencia era más que escasa. De hecho, su última aparición oficial fue un año antes de que los rumores de crisis en la pareja tomaran fuerza y fueran confirmados. En 2017 acompañó a Brigitte Macron, la esposa del presidente francés, al homenaje de un pintor en la ciudad de Rabat.

Esta desaparición ha hecho que las especulaciones sobre su vida actual sean muchas, ya que se desconocía incluso el lugar en el que ha decidido rehacer su vida. Se habló de que podría ser en alguna capital europea, pero el periódico local Assahifa Arab publicó en exclusiva en 2022 que Salma “celebró su 44 cumpleaños en una finca de la familia real en las afueras de Rabat, donde reside casi de manera permanente”. 

Al parecer, según el citado medio, tomó esta decisión porque esto le permite vivir cerca de su hijo, el príncipe heredero El Hassan, y allí vive junto a su hija, la princesa Khadija. Esta es casi la única información que se ha tenido de ella, de hecho, durante los dos primeros años ni siquiera se captaron imágenes de Lalla Salma, lo que llevó a especular sobre el motivo. 

El rey tuvo que desmentir que le impidiera ver a sus hijos y lo cierto es que con el tiempo se han podido ver imágenes de ellos juntos, pues su relación es estrecha, según confirman los medios internacionales. Se dice que su figura es clave en la formación del futuro rey de Marruecos, quien parece haber heredado el saber estar de su madre.