La reina Sofía cumple 86 años en medio de uno de los años más complicados de su vida. En un segundo plano y siempre cumpliendo con sus obligaciones, la monarca ha hecho frente a toda clase de polémicas con una gran entereza. De ahí, que muchos le hayan adjudicado el término de 'aguantoformo', un término que si se busca en diccionarios "no existe", pero que hace referencia a "su gran capacidad de resistir ante cualquier vicisitud".

Así se lo confesaba la propia emérita a Pilar Urbano en 'La Reina' en su biografía autorizada, tal y como ha recuperado Martín Bianchi en un artículo de El País sobre ella. Todo empezó cuando ella tenía seis años y se encontraba en el exilio, en Egipto, mientras las Fuerzas del Eje ocupaban Grecia: "Precisamente en El Cairo tuvieron que sacarme una muela. Me anestesiaron con éter, pero me dolía la boca a rabiar y tenía inflamada la mejilla con un flemón. Sin embargo, tuve que ir con mi familia al hipódromo, a las carreras, y estarme allí quietecita y sin lloriqueos. Entonces aprendí lo que luego les enseñé a mis hijos: ¡'aguantoformo'!”

No cabe duda de que reina siempre ha permanecido con entereza ante cualquier circunstancia, ya sea apoyando a su hijo el rey Felipe VI en sus deberes reales, o guardando silencio en medio de los diversos escándalos protagonizados por el rey Juan Carlos I. El último de ellos, de hecho, la salpica inevitablemente.

Después de que saliesen a la luz las comprometidas imágenes y vídeos en las que podíamos ver al emérito en actitud muy cariñosa con Bárbara Rey (procedentes de hace más de 30 años), la reina también volvía a acaparar todas las miradas. Sobre todo, porque no dejaba a Doña Sofía en muy buen lugar. "Para mí es comodísimo porque como Reina cumple de maravilla. Encima, aguanta, no se va con otro", llegaba a decir en los audios publicados por 'OK Diario'.

Así, dejaba a Doña Sofía como una mujer capaz de aguantar todo, a la que quería simplemente por el papel que representaba como reina y de cara al público.

Durante 86 años, la reina emérita sigue utilizando el término que acuñó en su infancia y que luego enseñó a sus hijos, Curiosamente, incluso el nombre del palacio en el que nació tiene un significado de lo más especial; 'Psijicó', que viene a significar en griego algo así como "acto de caridad" o "buen acto".

A pesar de que a la emérita, tal y como apunta Martín Bianchi en 'El País', le habría gustado estudiar Historia, Arqueología o Música, finalmente renunciaba a ello y decidía contraer matrimonio con Juan Carlos I, convirtiéndose así en reina de España.

Por tanto, esta terminología tan especial, que hace referencia al "esfuerzo, aguante o sacrificio", habría acompañado a Doña Sofía casi desde el mismo momento de su nacimiento y a lo largo de su vida. Incluso durante los peores momentos, cuando Juan Carlos I tuvo que marcharse a Abu Dhabi (un exilio voluntario a raíz de la repercusión que estaban teniendo las noticias sobre sus cuentas fiscales); o ahora, cuando se ha confirmado que el romance entre el emérito y Bárbara Rey fue una realidad.

Por su parte, durante todo este tiempo la reina Sofía nunca ha hablado mal del que seguiría siendo su marido, sino todo lo contrario. La madre de Felipe VI decidía quedarse en España, donde sigue volcada con diversas labores institucionales y acompaña a su hijo, nuera o nietas en algunos eventos tan importantes como los Premios Princesa de Asturias. De hecho, allí recibía una gran ovación, buena prueba del cariño que le tienen los ciudadanos. Y, recientemente, la fundación que lleva su nombre ha donado una importante suma de dinero para los afectados por la DANA.

La monarca también cuenta con el apoyo de las infantas Elena y Cristina, que tal y como nos dejaron entrever durante la boda de Teodora de Grecia, son una auténtica piña. Siempre unidas y respaldando la figura de la emérita ante cualquier tipo de circunstancia.

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