La vida de Irene Urdangarin de nuevo está llena de cambios y no hay duda de que esta vez son positivos y llenan de ilusión a la joven, que comienza el primero de los tres cursos que duran los estudios universitarios que ha decidido estudiar. La benjamina del clan tiene claro que quiere hacer su vida y quiere que esto suceda al margen de posibles miradas indiscretas, por eso Reino Unido les ha parecido la mejor de las opciones para completar su formación. 

Irene, como tantos estudiantes, se enfrenta a una nueva vida en todos los sentidos, llena de cambios y experiencias, aunque según parece, también estará muy centrada en los estudios, porque el centro en el que planea estudiar parece tener esto como una de sus prioridades, crear un ambiente tranquilo que facilite la concentración de sus estudiantes, para que puedan dar lo mejor de ellos mismos. 

Irene está acostumbrada a hacer la maleta, no parece ser algo que le pese, tal y como demostró durante el año sabático que se ha tomado antes de comenzar sus estudios universitarios. La joven estuvo durante meses colaborando como cooperante en Camboya y, después, Madrid fue el lugar que escogió para asentarse, un lugar bastante alejado de Ginebra, donde pasó tantos años junto a su familia. 

Ahora parece que ha tenido tiempo para reflexionar sobre su futuro y, sobre todo, para decidir qué quiere estudiar y dónde. Irene ha escogido una Universidad que no está en la capital, según cuentan en Vanitatis, aunque el nombre no ha trascendido por deseo de la familia. Allí es donde cursará Hospitality, que se podría traducir como hostelería, gestión de eventos y turismo, es decir, una especie de marketing encaminado a la organización de eventos. Estos estudios tienen un precio de unos 15.000 euros anuales, con gastos de estancia y manutención aparte, un precio bastante más reducido del que habría constado que estudiara en el University College London, tal y como se especuló en su momento. 

El destino escogido por Irene cuenta con un campus abierto, tranquilo y familiar, que prima el bienestar de los estudiantes y que busca mantenerles alejados de cualquier molestia, sobre todo en el caso de la hija de la infanta Cristina, donde su anonimato es clave. Durante los primeros días, estuvo acompañada de su madre, quien se aseguró de que estuviera instalada y bien. 

Con clases de lunes a viernes, de las 9.00 a 18.00 horas, poco tiempo libre le queda para echar de menos a los suyos, aunque seguro que sucede igualmente. Ahora tiene que acostumbrarse a compaginar sus estudios con la vida social, conocer gente nueva y aprender a convivir con sus compañeros de residencia. Este lugar, según recogen en Hola, está dividido en apartamentos de unas seis habitaciones, cuenta con su propia habitación con baño, pero tienen compartidos la cocina y las zonas comunes, donde podrá relajarse, teniendo que hacer compra cuando le corresponda y ocupándose de limpiar lo que ensucia. 

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