El pasado mes de enero se hacía público que el príncipe Leka de Albania se separaba de su mujer, la actriz Elia Zaharia, siguiendo la estela de otros royal que han optado por el divorcio. La pareja llevaba dieciséis años de relación, siete años casados, y tienen una hija en común, la princesa Geraldine.

“A través de esta publicación les informo oficialmente que el príncipe Leka y Ella Zaharia han aceptado poner punto y final a su matrimonio. Dado que el matrimonio ha perdido su función, han decidido resolverlo de mutuo acuerdo, iniciando los procedimientos legales necesarios”, rezaba el comunicado en el que se confirmaba la noticia, así como la intención de ambos de velar por la hija que tienen en común. “El bienestar espiritual y físico de la niña, la princesa Geraldine, seguirá en el centro de atención, nos dedicaremos a garantizar una vida feliz y segura”. 

Al anunciar la separación, aseguraron que la relación entre ellos era cordial, pero el tiempo ha confirmado que las cosas no son tal y como se esperaba. En el mes de marzo se viralizaba un vídeo en el que se podía ver al príncipe Leka siendo agredido por quien había sido su mujer. Un vídeo que era grabado por el propio Príncipe y que salía a la luz después de que él interpusiera la correspondiente denuncia ante las autoridades.

Al aparecer, siguiendo lo establecido por el acuerdo de custodia, Leka acudió a casa de su expareja para ver a su hija y allí sucedieron los hechos, un duro enfrentamiento con la familia de su exmujer que no dudó en grabar como prueba. Tras hacerse públicos los hechos, algo que la Casa de Zogu lamenta, la abogada del príncipe aseguró en un programa de televisión que “No ha habido violencia previa. Este es un caso desafortunado que ha sucedido”. 

El príncipe Leka ha crecido siempre bajo la sombra de su padre, un hombre polémico por sus delirios belicistas y su intención de restaurar la monarquía en su país, algo en lo que nunca tuvo éxito. Fue expulsado de España en 1979, acusado de contrabando de armas por el Gobierno, también le expulsaron de Johanesburgo en 1999, lugar donde se estableció con su esposa, Susan Cullen Ward, de origen australiano, y donde nació su único hijo, Leka. 

Su hijo ha conseguido desvincularse de la imagen de su padre y es muy apreciado en el país por su carácter conciliador y dialogante, sobre todo entre la república y la monarquía, incluso fue asesor del Ministerio de exteriores en materia de relaciones internacionales. Recibió formación militar en la academia británica de Sandhurst y se licenció en relaciones internacionales en la universidad italiana de Perugia. 

Su fama fue en ascenso tras su boda con Elia y juntos pasaron su luna de miel en España, de hecho mantiene una especial relación con la reina Sofía. Ahora la pareja se encuentra en un momento de conflicto, acusándose mutuamente de violencia doméstica. 

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