La relación entre Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo ha sido bastante sólida y estable desde que comenzaron a salir en 2004. Si bien en un primer momento no se apostaba mucho por lo que parecía un romance de juventud, pronto quedó claro que lo suyo era una historia de amor a largo plazo. 

No fue amor a primera vista, ambos se conocían gracias a que Carlota, hermana de Andrea, les presentó, pero no fue hasta dos años después, cuando coincidieron en Londres, que comenzaron su romance. Desde el principio, Tatiana fue recibida con los brazos abiertos por la familia de Casiraghi, tal vez por el amor que existía entre ellos, o porque es una mujer elegante y educada.  

No todo fue un camino de rosas para la pareja, que tuvo que hacer frente a algunas polémicas, sorbe todo relacionadas con su estilo de vida libre y un poco más bohemio de lo que se suele ver en otras monarquías, aunque en Mónaco parecen estar un poco más acostumbrados a historias dignas de portada. 

Tatiana y Andrea se conocieron, se enamoraron y formaron una bonita familia, viviendo a su manera y haciendo las cosas como siempre han querido, sin dejar que nadie les dicte cómo tienen que vivir. 

Tatiana ha optado por mantenerse en un segundo plano, acudiendo a los actos familiares de los Grimaldi siempre que así se ha esperado de ella, pero nunca eclipsando a ninguno de los protagonistas de la velada. Esto es algo que parece compartir con su marido, quien desde que está con ella, también ha optado por llevar su vida con gran discreción. Los únicos momentos en los que han dado un paso al frente han sido en sus bodas (la civil en Mónaco y la religiosa en Gstaad) o con el nacimiento de sus hijos. 

Santo Domingo pertenece a una de las familias más ricas del mundo, de origen Colombiano, Tatiana no ha pasado demasiado tiempo allí y tampoco habla castellano de manera fluida. Antes de morir, su abuelo ocupó lo más alto de las listas de la revista Forbes, una lista en la que también estuvo su padre (fallecido en 2009) y de la que la propia Tatiana ha formado parte en alguna ocasión, como en 2015, cuando su fortuna se estimó en unos 2.000 millones de euros. 

Nacida en Nueva York, con dos años se mudó junto a su madre a Ginebra, terminó el bachillerato en París, se graduó en la American University de Londres y estudió un máster en la New School for Liberal Arts de Nueva York. Siempre ha destacado por su estilo hippy-chic, pero no puede negar que pertenece a la jet. 

Desde 2023 se ha instalado junto a su marido y sus tres hijos (Sasha, India y Maximiliam) en la localidad suiza de Saanen. Allí disfrutan de la naturaleza y los deportes de invierno, mientras ella continúa con su carrera como empresaria gracias a Muzungu Sisters, la firma de moda que creó en 2012 con su amiga Dana Alikhani y con la que dan a conocer el trabajo de otros artesanos.

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