Baronesa por nacimiento y princesa bávara a raíz de su matrimonio con Franz Oettingen Spielberg, Cleo von Adelsheim parece encajar a la perfección en lo que se espera de una princesa moderna. Ha apostado por la interpretación, participando en varios proyectos, pero también por la familia, junto a quienes vive felizmente en Madrid.
No es algo demasiado raro, pues a pesar de sus orígenes alemanes, ha estado ligada a España desde niña. Durante un tiempo vivió en Marbella, cuando a los 12 años su padre quiso que tuviera educación Europea, aunque esta experiencia no salió del todo bien, porque nunca se llegó a sentir completamente integrada. No sucede lo mismo en Madrid, donde ha encontrado su hogar.
Cleo es hija de la chilena Lillian-Elena Baetting-Rodríguez y del barón Louis von Adelsheim, cineasta y artista suizo-germano. Se conocieron cuando ella estaba casada con un conocido psiquiatra suizo, pero dejó a su marido para comenzar una nueva vida junto al barón. Fue durante un viaje a Egipto cuando decidieron que si tenían una hija la llamarían Cleopatra y eso fue lo que hicieron cuando ella llegó al mundo.
La pareja se separó cuando la pequeña Cleo tenía dos años y se mudó junto a su madre a Chile. Tal y como señalábamos antes, a los 12 años se trasladó a Marbella, donde nunca llegó a sentirse cómoda. Comenzó entonces a estudiar en el internado Schloss Salem, donde han estudiado otros miembros de la aristocracia y la nobleza, como doña Sofía. A los 16 cambió de internado, esta vez en Reino Unido, donde también comenzó a dar clases de teatro.
Estudió Relaciones Internacionales en París, donde también hizo sus pinitos como modelo, pero la interpretación ya formaba parte de su esencia, por lo que una vez graduada, no dudó en mudarse a Barcelona para continuar con su formación. Su plan era después mudarse a Madrid, pero comenzaron a surgirle proyectos profesionales que le llevaron hasta Berlín.
Su relación con Franz Oettingen Spielberg tiene algunas similitudes con la de sus padres, pues cuando se conocieron ella tenía pareja. Cuando se conocieron en una fiesta de disfraces en el verano de 2011, entre ellos surgió una química especial, que no llegó a nada hasta dos años después, cuando volvieron a encontrarse, aunque durante esos años mantuvieron el contacto. Él vivía en Berlín y ella acababa de llegar y había finalizado su relación anterior.
La pareja selló su amor con una romántica boca celebrada en 2016, a la que no faltaron destacados nombres de la realeza europea, como los de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo, quien fue una de sus damas de honor. Entre los invitados también estuvo el príncipe Harry de Inglaterra, en su caso por su amistad con el novio.
El matrimonio se instaló en el castillo familiar en Baviera, donde nacieron sus dos hijos mayores, Matilda Galilea y Louis, la pequeña Milana ya nació en Madrid, en la urbanización Puerta del Hierro donde decidieron mudarse para poder disfrutar de todo lo que les ofrece la capital y donde cuentan con vecinos tan ilustres como Isabel Preysler o Sassa de Osma y Christian de Hannover.