Son tiempos complicados para Mette-Marit de Noruega, porque a sus problemas de salud se han sumado los problemas de su hijo mayor con la justicia. Cada vez son más las informaciones que salen a la luz sobre los presuntos comportamientos inadecuados de Marius Borg, todo un escándalo que ha conmocionado al país, ha salpicado a la corona y ha causado un gran dolor en la princesa. 

Estos últimos meses, Marius Borg se ha convertido en protagonista a causa de los escándalos que no dejan de salir a la luz. Mientras que al principio parecía que la cosa podría pasar más o menos inadvertida, con el paso del tiempo se ha convertido en todo un escándalo para la familia real y para él mismo, pues se han hecho públicas varias acusaciones que no le dejan en buen lugar. 

Aunque desde hace tiempo había rumores que señalaban que la actitud de Marius no era la mejor con su familia ni en su entorno, que parecía que el joven no terminaba de encontrar su lugar y una profesión con la que se sintiera confortable, los hechos que se han ido conociendo nada tienen que ver con todo esto. Borg fue detenido por la policía el 4 de agosto, lo que desencadenó todo lo que sucedió después. 

El joven fue detenido acusado de haber agredido física y verbalmente a una joven de 20 años, una información que se hizo pública poco después de suceder. La joven llegó a estar hospitalizada por una conmoción cerebral. Poco después, Juliane Snekkestad y Nora Haukland, exparejas de Marius, denunciaron haber sido agredidas por él. Lo hicieron a través de las redes sociales, pero también ante las autoridades correspondientes. 

Tras estos acontecimientos, Marius compartía un comunicado en el que aceptada su responsabilidad por la agresión por la que fue detenido y daba algunas explicaciones. “El fin de semana pasado sucedió algo que nunca debería haber sucedido. Cometí lesiones corporales y destruí objetos en un apartamento en estado de ebriedad tras haber consumido alcohol y cocaína después de una discusión”, reconocía, confirmando haber tenido problemas con el consumo de sustancias en el pasado y que la joven agredida era su pareja. 

Tras el comunicado parecía que el joven aceptaba su responsabilidad y asumía su culpa, pero era de nuevo detenido por haberse saltado la orden de alejamiento el 10 de septiembre, al haber intentado contactar con su víctima vía telefónica. Fue liberado más tarde, pero las informaciones en torno al joven ya eran imparables. Salía a la luz que fue parado por la policía en varias ocasiones por exceso de velocidad, también en septiembre se filtraron unos audios donde la policía le recomendaban dejar de “vender drogas” porque podría tener consecuencias legales y mediáticas. 

No parece que nada de esto le preocupara en exceso, de hecho en esos mismos audios aseguraba que la prensa no hablaría de ello porque tenían un acuerdo con la corona. Parece que se equivocaba porque el diario Se Og Hør, responsables de destapar gran parte de sus escándalos, también recogía que había estado organizando fiestas ‘salvajes’ en su vivienda, que está dentro de la finca donde viven los príncipes herederos. 

Los príncipes herederos al trono de Noruega, Haakon y Mette-Marit, intentaron ayudarle llevándolo a Londres para ingresarle en una clínica de rehabilitación, aunque parece que eso tampoco resultó. Ocho días después de su entrada fue detenido, de nuevo, acusado de violación, por lo que estuvo una semana en prisión preventiva. El 27 de noviembre salió y pocos días después Borg volvió a la misma clínica londinense, pero el domingo 8 de diciembre el joven se ha escapaba de la clínica, interrumpiendo así su tratamiento.

Todavía queda por saber qué decidirá la justicia respecto a todos los cargos, pero de momento parece que la opinión pública no se ha puesto de su parte y que la familia real noruega tendrá que lidiar con las consecuencias de los actos de Marius. 

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