Robert de Luxemburgo ha emitido un comunicado en el que ha dado a conocer una triste noticia: su hijo Frederik de Luxemburgo ha muerto a los 22 años como consecuencia de la enfermedad mitocondrial relacionada con el gen POLG que le fue diagnosticada hace ocho años y de la que hace poco hablaba para explicar cómo él y su familia le hacían frente. El primo de Enrique de Luxemburgo y su mujer han utilizado la página web de la ‘Fundación Polg’ para transmitir el fallecimiento de su hijo.

"Luxemburgo y la Princesa Julie de Nassau han compartido la noticia dolorosa a través de su Fundación PolG que su hijo menor, el Príncipe Federico de Nassau (nacido el 18 de marzo de 2002), ha fallecido trágicamente", comenzaba el comunicado.

“Con mucho pesar de mi esposa y yo quisiéramos informarles del fallecimiento de nuestro hijo, el fundador de la Fundación POLG y Director Creativo, Frederik", empezaba el comunicado emitido por Robert de Luxemburgo. Además, los padres del joven han querido explicar cómo fueron sus últimos momentos en los que pudo despedirse de su familia. Suscríbete a nuestra newsletter.

“El viernes pasado, 28 de febrero, en el ‘Día de las Enfermedades Raras’, nuestro amado hijo nos llamó a su habitación para hablar con él por última vez”, explica Roberto de Luxemburgo. En esa conversación que se produjo entre padres e hijo, el joven Federico “encontró la fuerza y coraje para despedirse” de cada uno de los miembros de su familia, incluidos sus hermanos, primos y tíos: “Frederik encontró la fuerza y el coraje para despedirse de cada uno de nosotros por turno: su hermano, Alexander; su hermana, Charlotte; yo; sus tres primos, Charly, Louis y Donall; su cuñado, Mansour; y finalmente, su tía Charlotte y su tío Mark. Ya le había dicho todo lo que tenía en el corazón a su extraordinaria madre, que no se había separado de su lado en 15 años”, relata su padre en el comunicado.

Hasta el último instante, Frederik de Luxemburgo no perdió su sentido del humor y pudo sacarle una sonrisa a sus familiares en un momento tan triste como ese: “Después de regalarnos a cada uno de nosotros nuestras despedidas, algunas amables, algunas sabias, algunas instructivas, al más puro estilo de Frederik, nos dejó colectivamente con una última broma familiar de larga data. Incluso en sus últimos momentos, su humor y su compasión sin límites. Nos obligó a dejarnos con una última risa… para animarnos a todos”.

Y antes de decir adiós para siempre, Frederik quiso hacer una última pregunta: “Papá, ¿estás orgulloso de mí?”. “Apenas había podido hablar durante varios días, por lo que la claridad de estas palabras fue tan sorprendente como profunda la intensidad del momento. La respuesta era muy fácil y la había escuchado muchísimas veces… pero en ese momento necesitaba la seguridad de que había contribuido con todo lo que podía en su corta y hermosa existencia y que ahora finalmente podía seguir adelante”, ha terminado explicando Robert de Luxemburgo en su comunicado.

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