Hace ya años que Jaime de Marichalar ha reducido y mucho su proyección mediática. Desde aquel famoso "cese temporal de la convivencia" entre la infanta Elena y él anunciado en noviembre de 2007, y su posterior divorcio dos años después, el todavía duque de Lugo ha reducido de forma considerable su presencia pública, aunque no son extrañas sus apariciones, de forma puntual. Mientras tanto, sus dos hijos, Froilán y Victoria Federica, han tomado el relevo en lo que a interés de la crónica social se refiere. Recientemente, el diario La Razón ha puesto sobre la mesa el presunto distanciamiento entre padre e hijo. ¿A qué se debe?

Los dos descendientes de la hija mayor del rey Juan Carlos I no han podido tener, al menos por ahora, caminos más separados. Victoria Federica se ha convertido en el miembro más mediático de la familia real, pasando a ser rostro habitual de eventos y photocalls, habiendo dado sus primeros pasos en la pequeña pantalla también, teniendo sus redes sociales abiertas y pronunciándose en ellas sobre cuestiones diversas. Por su parte, su hermano mayor lleva más de dos años en Abu Dabi, donde ya residía su abuelo paterno, y ha mantenido un perfil mucho más discreto que ella.

La propia Victoria ha hablado en alguna ocasión de los fuertes lazos que le unen al nieto mayor de los reyes eméritos. Pero parece que las cosas son algo distintas, actualmente, con respecto a la relación paterno filial. El duque mantiene una relación estrecha con su hija, a tenor de las palabras de esta, que le ha calificado en alguna ocasión como un "referente" para ella (siendo un importante pilar en su desembarco en el mundo de la moda), y le ha dedicado esporádicamente algún mensaje en su perfil de Instagram. Aunque recientemente ha habido rumores que apuntaban a un cierto recelo de los duques de Lugo con respecto a la exposición de su hija, ambos se han dejado ver juntos en los últimos meses, compartiendo planes.

La Razón ha ofrecido este pasado fin de semana algo de luz, por su parte, sobre el vínculo entre padre e hijo. El mencionado diario pone el foco sobre la ausencia de imágenes en las que coincidan ambos, algo que no se produce públicamente desde hace ya tiempo, tras la marcha de Froilán de Marichalar al golfo Pérsico para reconducir su vida laboral. Según este portal, no solo se trata de que los fotógrafos y reporteros gráficos no hayan conseguido captarles juntos, sino que hay un motivo tras dicho distanciamiento.

En palabras del citado medio, "el distanciamiento entre padre e hijo parece haber coincidido con la deriva mediática de Froilán", recordándose los famosos episodios que el joven protagonizó en el pasado, debido a sus planes y salidas en la noche madrileña. "En los últimos años, se le ha visto envuelto en situaciones comprometedoras, desde altercados en discotecas hasta episodios de indisciplina durante la pandemia", recuerda La Razón, que señala que todo ello ha contrastado "fuertemente" con la actitud del economista.

El diario añade que fuentes cercanas a la familia proporcionan algo más de información al respecto, ya que sugieren que Jaime habría intentado en varias ocasiones reconducir el camino de su primogénito, "pero sin éxito. Además, señalan que, paralelamente, la infanta Elena ha optado por una actitud más permisiva frente a la postura "más estricta y crítica" de su progenitor, un desencuentro en el que habría tenido que intervenir Juan Carlos.

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