La princesa Leonor continúa su travesía a bordo del Elcano, junto a sus compañeros. Establecida en Punta de Arenas, su última parada tras abandonar Uruguay, parece que su falta de adaptación a la vida en alta mar le está pasando factura. El jefe de Relaciones Públicas de la Armada Nacional de Uruguay, Alejandro Pérez, ya informó sobre esto, según recoge 'El cierre digital': la princesa Leonor habría experimentado "problemas de adaptación al entorno marítimo". Ahora parece que esa indisposición está teniendo consecuencias en la experiencia de su travesía.
Y es que 'Monarquía Confidencial' publica, aludiendo a "fuentes habituales a las que tienen acceso", que durante esta semana la heredera al trono no ha podido realizar algunas actividades programadas a bordo del Juan Sebastián Elcano. “Deporte en cubierta, navegación y maniobras, es en lo que se han centrado los guardiamarinas estos días como parte de la instrucción, pero con la ausencia de Leonor por tener demasiados mareos y malestar general”. De la misma forma, el medio confirma que la situación de la princesa no reviste gravedad, de hecho, se espera que retome el ritmo de las actividades que sí están realizando sus compañeros "en breve".
Esta situación no es nueva para la princesa Leonor, ya que lleva sufriendo el llamado 'mal de tierra' desde su parada en Salvador de Bahía. Unas circunstancias también referidas por el mencionado cargo de la Armada Nacional de Uruguay: "Ha tenido problemas de adaptación con el tema del viaje. Está teniendo dificultades significativas relacionadas con los mareos típicos de la vida en alta mar y náuseas que está experimentando". Entonces le hizo frente a la situación con algunos medicamentos y una adecuada hidratación pero según indica el 'Monarquía Confidencial', en esta ocasión no habría sido suficiente y la primogénita del rey Felipe VI habría necesitado ausentarse de la actividades más dinámicas.
Esta afección consiste en experimentar sensaciones como trastorno de vértigo y desequilibrio, que pueden producirse después de un período de exposición al movimiento del barco en el mar. Se trata de una sensación que puede resultar bastante incómoda, consistente en tener la sensación de seguir navegando a pesar de encontrarse ya en tierra firme, como es el caso de la princesa esta vez.
Según deslizan desde 'Monarquía Confidencial', en Salvador de Bahía el malestar de la princesa también pudo deberse a la "posibilidad de que afrontara situaciones bruscas de cambio de presión, o sufrir barotraumatismo, un trastorno causado por la despresurización brusca de los oídos como consecuencia de un cambio de presión ambiental".
Las fuentes del citado medio subrayaron entonces la importancia de beber agua: “También hay que tener en cuenta que una correcta hidratación permite afrontar las exigencias de un entrenamiento tan riguroso en alta mar”. Y es que si este gesto ya es importante en cualquier situación, a bordo se torna una cuestión de seguridad: "Las condiciones de alta humedad y exposición constante al sol pueden llevar rápidamente a la deshidratación, situación que puede afectar el rendimiento de los cadetes e incluso poner en riesgo su salud".
En cualquier caso, está previsto que tras esta parada logística en Punta Arenas, el navío continúe su travesía el próximo domingo 23 de marzo hacia Valparaíso, el segundo punto de Chile que visitará el barco antes de abandonarlo el 4 de abril. El buque escuela tiene previsto alcanzar Lima, Perú, el 18 del mismo mes, donde estará atracado hasta el día 22. Entonces partirá hacia Panamá, donde llegará el 3 de mayo y estará hasta el día cinco del mismo mes.
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