Son numerosas las ocasiones en las que el rey Felipe, gran aficionado del esquí, se ha desplazado en los últimos meses hasta algunas de las estaciones más populares de España para disfrutar de uno de sus deportes preferidos. Este fin de semana ponía rumbo a Formigal, del grupo Aramón y situada en el valle de Tena del Pirineo aragonés, donde junto a un grupo de amigos se ha deslizado por las pistas del lugar aprovechando los centímetros acumulados tras las recientes nevadas y también la oferta gastronómica de la zona en Las Mugas, de estrella Michelin.

Solo unas horas después de poner fin a su escapada, el monarca ha reaparecido este lunes, 31 de marzo, en un acto en Madrid con el que ha retomado su agenda tras sus vacaciones y en el que, sin embargo, ha arrastrado los estragos de estas según él mismo ha explicado al dar comienzo a su discurso.

Este lunes ha tenido lugar en la capital, concretamente en el Palacio de Linares de Casa de América, la inauguración de la quinta edición de 'Wake Up, Spain!', llevado a cabo por ‘El Español’, Invertia y Disruptores y que en los próximos cinco días reunirá a más de 150 ponente para reflexionar sobre 'Los desafíos de España ante el nuevo orden mundial'.

Felipe VI ha sido uno de los encargados de dar el pistoletazo de salida al evento, donde antes de comenzar su discurso ha querido explicar su aspecto, con la parte inferior del rostro con quemaduras por el reflejo de la radiación ultravioleta del Sol en la nieve: “Señoras y señores, muy buenos días. Es un gran placer estar aquí, gracias por la invitación. Disculpen este aspecto que llevo porque es lo que pasa cuando uno no se protege adecuadamente del Sol”, ha afirmado en unas palabras que han desatado las risas de los allí presentes.

Así, el rey ha dejado evidencia de su ‘culpa’ ante los tonos rojizos de su cara tras una exposición sin el protector solar o ropa protectora adecuados en una actividad para la que los expertos recomiendan hacer uso de un factor de protección de al menos 30, insistiendo bajo los ojos, la nariz y el cuello; así como la repetición de su aplicación cada dos horas.

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