Este martes, la Casa Grimaldi paralizaba Mónaco con un comunicado histórico. En él, su gabinete de comunicación se explayaba sobre el tema que más conversación ha generado fuera de palacio: el estado de salud de su princesa Charlène. Una grave infección en oídos, nariz y garganta le había obligado a pasar los últimos seis meses en Sudáfrica, su país de origen, de donde no podía regresar por el riesgo que supondría trasladarse en avión al Principado. Esta vuelta, que tuvo lugar hace apenas unas semanas, parecía indicar una recuperación y, por ende, un retomar la agenda oficial que paralizó en plena pandemia. Pero parece que los planes han sido modificados.

Para atajar rumores, este texto anunció un "período de calma y descanso necesario para garantizar la mejor recuperación de la salud" de la princesa, que en estos momentos se encuentra "convaleciente" y así "continuará haciéndolo durante las próximas semanas, dándole tiempo a recuperarse de un estado de profunda fatiga general". Esto implicó no solo que se ausentase a la Fiesta Nacional, también a los posteriores actos que impliquen a la familia real monegasca por un tiempo indeterminado que se cumplirá "tan pronto" llegue su recuperación.

Sin embargo, este comunicado no solo atajó dudas. También dejó algún que otro misterio en el aire, como el hecho de que se explicitase que se mantendría oculto su paradero, dato que calificaban de "estrictamente confidencial", para "proteger la comodidad y la privacidad" de Charlène, "esencial" en este proceso. Una situación que acrecienta el factor misterio y que ha obligado a que Alberto de Mónaco, su esposo y soberano de la nación, se pronuncie en público.

Lo ha hecho en declaraciones para Monaco Matin, donde ha confirmado que la princesa no se encuentra en el Principado, para evitar más especulaciones al respecto, y que pronto tanto él como sus hijos Jacques y Gabriella pronto podrán ir a visitarla. "No puedo decir más por discreción", ha manifestado. Sobre lo que sí ha querido dar más información ha sido sobre su salud, tranquilizando a la población diciendo que "está mejor" pero que "necesita descanso y paz".

Además, con respecto a esa "produnda fatiga general" de la que hablaba el comunicado, Alberto de Mónaco ha contado que esta fatiga "no solo es física" y que los profesionales que se están encargando de solventarla le han asegurado que es cuestión de pasar "un periodo de descanso y seguimiento" para ponerle fin. Antes de que se inicien el periodo de Navidad, la casa real advirtió que se actualizaría sobre la delicada situación que atraviesa Charlène.