Hace dos meses que habíamos perdido la pista de Meghan Markle. La por entonces duquesa de Sussex decidió poner tierra de por medio tras su polémica salida de la familia real británica. Y todas las miradas estaban puestas en su ansiada reaparición pública, que se ha producido este miércoles por la tarde en la entrega de los premios Endeavour.
Esta gala, en la que se pone en valor el trabajo de los militares veteranos heridos en acto de servicio, siempre ha sido un 'must' en la agenda del príncipe Harry. La primera vez que fue acompañado de su por entonces prometida fue en el año 2018. Lo que pocos esperaban es que, en apenas dos años, las cosas cambiarían tanto para el matrimonio.
Es la primera vez que vemos a Meghan pisar suelo inglés desde aquel famoso comunicado que lo cambió todo. Debido a la presión mediática que les ha tocado vivir desde que se dieron el 'sí, quiero', ambos decidieron renunciar a los privilegios que tenían por ser miembros senior de la familia de Isabel II y dimitir de sus responsabilidades con la corona.
A juego con el marino del traje del nieto de la reina, Markle ha apostado por un sencillo vestido en tonos turquesa de manga corta, escote redondo y falda tubo. Para combinarlo, más allá del recogido en coleta con ondas al agua, la actriz ha escogido unos stilettos y un bolso clutch en un color más oscuro al de su estilismo.
La expectación era máxima para inmortalizar este 'comeback' que ya se ha hecho realidad. Lástima que el tiempo en Reino Unido no acompañase y que su entrada en la Mansion House, residencia oficial del Lord Mayor de la City de Londres, estuviese acompañada de lluvia.