Esta última Misa de Pascua se producía un hito. Don Juan Carlos no acudía a uno de los eventos fijos en su agenda un año después del famoso rifirrafe entre su mujer y su nuera. Sin embargo, nadie esperaba que el auténtico encuentro real se produciría unos cuantos kilómetros más allá de Palma. En Alemania, su nieto Pablo Urdangarín se jugaba junto a sus compañeros del TSV Hannover-Burgdorf el partido de ida de cuartos de final. Y ahí estuvo el rey emérito apoyándole.
Junto a Juan Carlos, la grada también contó con la abuela Sofía, su tía Elena, su madre (la infanta Cristina), su hermana Irene y la madre de Iñaki Urdangarín, Claire Liebaert.
Una estampa que hacía mucho tiempo que no se producía y que ha unido Pablo, uno de los nietos favoritos de la reina emérita. Toda la familia, tanto la del rey como los Urdangarín, se hospedaron en el hotel Kastens Luisenhof.
Tal y como se puede ver en las fotos, todos los presentes iban con el outfit de rigor. Al entrar en el estadio, el director del equipo de Pablo Urdangarín les entregó unas bufandas verdes con el escudo de su hijo.
Claire Liebaert, su abuela por parte de padre, decidió dar un paso más y llevar preparada de casa una pancarta con un mensaje de apoyo a su nieto. "You can do it, vamos", se puede leer en el papel que lleva en las manos.
Victoria Federica (que acaba de sacarse el carnet de conducir) o su hermano Froilán están acostumbrados a estar de actualidad. Pero sus primos, a pesar del revuelo generado por Urdangarín padre, están acostumbrados a quedarse al margen de la prensa. Pablo, el segundo de la familia, es el más risueño, despierto y extrovertido de sus hermanos. Además del balonmano, le gusta la vela y el fútbol. Aficiones que comparte con Irene, Miguel y Juan Valentín.