Aún seguimos en shock con la primera entrevista de Meghan Markle y el príncipe Harry tras su abrupta salida de Buckingham Palace. Esperábamos titulares, sí. También sabíamos que tendría repercusión. Pero jamás imaginamos las consecuencias mediáticas que tendrían para la casa real británica estas dos horas de conversación de los duques de Sussex con Oprah Winfrey.
Los Windsor son los principales perjudicados de las esperadas declaraciones del nieto de la reina de Inglaterra y de su esposa, que en unos meses dará a luz a la que será su segunda hija. En concreto, lo que más ha empañado su imagen pública ha sido una escena narrada por Markle en la que plasmaba la preocupación de su familia política por cuál sería el color de piel de Archie, su primogénito, y en la que le confirmaron que no tendría título de príncipe ni gozaría de la seguridad con la que sí cuentan el resto de bisnietos de Isabel II.
Unos comentarios de contenido racista a los que su hermano Guillermo, con el que Harry atraviesa una relación complicada en estos momentos. Sus primeras palabras se han producido durante una visita a un colegio del este de Londres a la que también ha acudido Kate Middleton, que también estuvo salpicada por esta entrevista histórica.
A su llegada, ante las preguntas de los periodistas, el que ocupará el trono de Inglaterra en dos generaciones ha dejado claro que en su familia no son "para nada racistas". Además, confirmando esa guerra fría de la que ya nos advirtió el hijo pequeño de Lady Di, el futuro monarca ha desvelado que, por el momento, no han tenido una conversación: "Aún no he hablado con él pero lo haré".
Esta contestación choca con el comunicado que emitió Buckingham Palace (con la aprobación de su majestad la reina) 48 horas después de la emisión de este encuentro de Harry y Meghan con Oprah. En él, la casa real británica manifestaba que "toda la familia está apenada al conocer hasta qué punto han sido difíciles los últimos años" para los duques de Susssex. También se apuntaba que los temas tratados en la entrevista, "sobre todo en el aspecto racial, son preocupantes", no desvinculándose así del testimonio de Meghan y confirmando que "se tomarán muy en serio y se tratarán de manera privada por la familia".