Con motivo del estreno de la película 'La Reina Victoria y Abdul', Simon Manley, el embajador de Reino Unido en España, Marina Fernández, de la Escuela Internacional de Protocolo, y la periodista Marta Robles organizaron una 'master-class' de etiqueta británica en el Palacio Fernán Núñez para recordar las excentricidades de la época victoriana y la evolución de la normativa protocolaria en la actual casa real Briánica. En Divinity hemos asistido para explicarte a la perfección todo lo que tienes que hacer en una comida con Kate y Guillermo.
1. La genuflexión: en ningún caso, besos a la española
Que se muestren simpáticos no significa que te tengas que tomar confianzas. El saludo sigue siendo una reverencia, tanto para Guillermo como para Kate, y ya no digamos si está la Reina de Inglaterra presente también en la cita. Aunque la postración no es tan impersonal como en la época victoriana, hay un procedimiento que se debe seguir al detalle:
Apoyo en pie derecho, flexionada rodilla izquierda detrás, espalda recta y mano derecha tendida, en el caso de las mujeres. Para los hombres, asentir con el cuello es la mejor opción, aunque parece que ya se empieza a estilar el simple apretón de manos.
¡Ah! Y ni se te ocurra dejar de mirarles a los ojos. Parece una tontería, pero no hacerlo podría dejarte como un maleducado.
Marina Fernández, Directora de Relaciones Internacionales de la Escuela Internacional de Protocolo, nos cuenta qué hay de los besos a la española: "ni uno, ni dos (ríe). El contacto físico se reserva en exclusiva para aquellas personas que tengan una relación especial y más cercana con los duques. Incluso, el apretón de manos todavía 'cuesta' en Inglaterra, más que en España".
2. ¿Coca Cola zero? No. Tu opción sin alcohol es agua
Ese día no lo elegirás tú. Si vas a un banquete en palacio beberás las opciones que ofrezcan, y en ningún caso encontrarás refrescos o el típico zumito sin azucares añadidos de piña que tanto te gusta. Si no quieres beber vino, no tendrás otra que beber agua. De hecho, tu copa ya estará servida antes de que llegues a la mesa, junto con una copa de vino (negro o blanco), que se servirá más tarde. Marina Fernández comentaba: "en España, la reina Leticia no es muy dada a beber alcohol y ella siempre toma agua".
3. ¿Con quién tengo que hablar en la mesa?
A gritos con el de enfrente… mejor no. Para cada plato tienes un contertulio y no puedes equivocarte porque podrías inmiscuirte en conversaciones ajenas. Para el primer plato, habla con el de la derecha y, para el segundo tienes al de tu izquierda. Esto no significa que tengas que cortar la primera conversación radicalmente y dejarle con la palabra en la boca. El cambio tienes que hacerlo con delicadeza y simpatía.
Otro aspecto que has de tener en cuenta es el de los temas de conversación. ¿El tiempo hoy? Estupendo. Sexo, religión y política están vetados desde la época victoriana y a Kate Middleton no le hará gracia que los saques en un evento 'royal'. Es más, de cara a los duques es preferible no preguntar, ni abrir diálogo. Solo limítate a responder lo que te preguntan.
4. ¿Los problemas personales? Te los guardas para casa
Deja todo cerrado (y bien cerrado) antes de decidir sentarte a la mesa. No es 'plato de buen gusto' para la casa real británica que te levantes a lo largo del banquete y les dejes esperando. Las últimas llamadas o las ganas de ir al servicio tienes que dejarlas para después.
¿Y si tienes un contratiempo urgente? En ese caso, tienes que excusarte sin dar muchas explicaciones y, al volver a la mesa, no contar que has hecho, ni con quién has hablado, ni las causas que te han llevado a ausentarte.
5. Ojo a la etiqueta: depende del momento del día y de tu acompañante varón
Desde tiempos inmemoriales existe un protocolo británico en moda muy estricto que ha ido evolucionando conforme a los tiempos, pero que suele ser muy útil de cara a no meter la pata en plena celebración.
La vestimenta de la mujer se decide conforme a la etiqueta que esté establecida para el hombre en cada momento del día: para la mañana, traje oscuro para él y traje corto para ella, para mediodía y la tarde, chaqué gris para él y traje de coctel para ella. Por la noche, hay dos opciones dependiendo de lo 'deluxe' que sea el plan: para un banquete, el llevará esmoquin (negro o blanco) y ella traje largo, y para una gran gala, el hombre llevará frac y la mujer un traje largo de gran gala, que es aquel que no muestra los pies. (te aconsejamos que practiques en casa la genuflexión con este traje antes del encuentro).
6. BMW: la regla de oro para no equivocarte de pan
¿Miedo a coger el pan del de al lado o la copa con los labios de otra persona? No te preocupes. Existe una norma que recordarás fácilmente por el coche alemán: BMW, que significa 'Bread' (pan), 'Meal' (comida) y 'Water' (agua). En ese orden y en esa posición.
7. Qué cubierto de los mil es el que tengo que coger
Es más sencillo de lo que lo pintan en 'Pretty Woman'. La clave está en ir por orden, de fuera hacia dentro con cada plato que vaya saliendo de cocina. Los cocineros y camareros de Kate y Guillermo habrán colocado los cubiertos en base al menú que toque, así que no tienes que elegir entre unos y otros.
Cuando ya los tengas, más te vale apresurarte a comer lo que hay en el plato porque, cuando los anfitriones reales tomen el último bocado, no podrás mover el bigote nunca más.
8. ¿Qué hago con el marisco? Te decimos cuándo puedes chupar la cabeza
Los cubiertos te hablan, escúchalos. Si en el menú de palacio tocan los típicos langostinos de rigor, comprueba si alguno de los cubiertos que están alrededor del plato sirve para marisco. Si es así, tu anfitrión (Kate) espera de ti que limpies el langostino con cuchillo y tenedor. Si no los hay, no hagas intentos que te pongan en ridículo y utilices otros tenedores que no son los predestinados para esa función. Coge el langostino tranquilamente y mánchate los dedos como si estuvieses en casa. Puede que sea lo más campechano que hagas en esa velada entre los duques de Cambridge.
9. No intentes sentarte al lado de Kate. Hay un sitio específico para ti
La recepción a la mesa ha de ser casi un evento en sí mismo. Antiguamente, la reina entraba la última y salía la primera del comedor. Sin embargo, ahora es justo al revés: tienes que dejar paso a Middleton y a Guillermo y después entrar tú. Ellos, por su parte, esperarán hasta que salga el último invitado al terminar, en señal de agradecimiento.
Pero, además has de tener en cuenta tu lugar en la mesa. Aunque te mueras de ganas por comer al lado de los duques, o de la reina, acabarás en el sitio que se haya preestablecido para ti. Las posiciones se asignan en base a una jerarquía más que pensada en la que la reina se sienta en una esquina de la mesa, frente a la puerta, y el segundo nombre más importante de los asistentes, en la otra esquina de espaldas a la puerta. Aunque esto suena muy matemático, hay excepciones que no se rigen por la jerarquía y que tienen más que ver con las enemistades… ¡como en las bodas!
10. Cuidado con los accidentes en la mesa
¿Tu copa de vino se ha caído en el vestido de Kate? ¿La reina se ha quedado dormida en pleno banquete? No armes un cirio. No uses tu servilleta para limpiar el traje de la duquesa, no comentes si se ha caído una copa y mucho menos intentes despertar a la reina de su profundo sueño.