"Y aunque yo soy el hermano mayor, nunca he tenido ni tendré pretensiones de ocupar ningún puesto en la monarquía española. No fui educado para ello, y además renuncié a cualquier aspiración a la Corona, como se verá más adelante".
"Creo que mi padre es Juan Carlos I. Y no solo lo creo por mi parecido físico con él, algo obvio, sino porque esta es la conclusión a la que he llegado tras años de investigaciones y preguntas sobre mi identidad".
"Por algún oscuro subterfugio burocrático, mi caso es extraordinario porque mantengo oficialmente cuatro apellidos. Efectivamente, me llamo Alberto Bach Ramon y Alberto Solà Jiménez, y a día de hoy sigo teniendo problemas cuando renuevo el DNI, porque prácticamente no existe un caso parecido al mío".
"Los altos mandos no quisieron que yo corriese ningún riesgo, pues, en algunas maniobras con fuego real, más de uno había sufrido un accidente. Supongo que, en aquella época de incertidumbres, mi existencia tuvo alguna importancia estratégica, como si fuera un comodín que se esconde y se guarda por si ocurre algún imprevisto".
"Entonces el juez, sin más preámbulos, dijo: "Señores, ya saben quién es el padre del señor Albert Solà Jiménez. Es don Juan Carlos de Borbón y Borbón, rey de España"".
"El 3 de junio de 2014, un día después de la abdicación de Juan Carlos, la Audiencia Provincial rechazó el recurso. Finalmente, le confesé en una carta a Juan Carlos que, como persona y como familia que éramos, estaba decepcionado. La barrera de secretos y mentiras que se construyó desde el principio sobre mis orígenes, una barrera que se reveló infranqueable, hacía que me sintiera manipulado".