Como cada año, es inevitable preguntarnos dónde se encuentran y cómo están disfrutando de sus vacaciones de Semana Santa algunos de los rostros más populares de nuestro país. Y si bien muchas de nuestras celebrities se dejan ver por las calles de Sevilla y de Málaga, no es el caso de los miembros de la Familia Real, que prefieren disfrutar de estos días en la más estricta intimidad, alejados del foco mediático.
Sin embargo, este año, por primera vez, los reyes no han podido mantener en secreto sus movimientos, ya que han sido pillados por los objetivos de los paparazzi. El pasado viernes, a la vez que se publicaba el comentado posado del rey emérito con sus hijas y sus nietos en Abu Dabi, los monarcas y sus hijas abandonaban Zarzuela para asistir a la fiesta del septuagésimo cumpleaños de Paloma Rocasolano.
El entorno más cercano de la madre de la reina Letizia se reunía en Soto de La Moraleja para celebrar a lo grande esta cifra tan redonda. Una oportunidad para rendir tributo a esta pieza fundamental en el clan Ortiz. Paloma es un pilar y un ejemplo a seguir para sus hijas y sus nietas. Desde Leonor y Sofía a Carla Vigo, que sufría la pérdida de su madre cuando tenía tan solo 9 años, sin olvidar a las niñas de Telma, la más pequeña de las tres, que repetía recientemente en la maternidad con el abogado Robert Gavin Bonnar.
Fue a la salida de esta íntima reunión cuando los reyes y sus hijas eran inmortalizados por los fotógrafos. En estas imágenes publicadas en exclusiva por la revista ¡Hola!, la reina viste un diseño color coral que dejó a la vista sus musculados brazos y el bronceado de su piel. Con un vestido igual de holgado para hacer frente a las altas temperaturas de la capital asistía Leonor, que continuará esta semana con su agenda pública, después de seis meses en suspenso, hasta que vuelva a Gales para retomar el próximo día 25 sus clases.
Uno de los detalles que más ha llamado la atención de las instantáneas recogidas por la cabecera mencionada, ha sido el misterioso acompañante de Leonor, a quien habría conocido en su estancia en el internado. Este joven, vestido con una sudadera con el logo del colegio y el castillo de San Donato impreso a la espalda –la edificación que alberga al Atlantic College-, acudió a esta reunión en la misma furgoneta que la familia.