Todo lo que necesitas para pintar puertas lacadas en blanco: pasos para un resultado profesional
El lacado en blanco es una de las opciones más demandadas para dar un cambio a las puertas
Podrás hacerlo en casa y obtener un resultado duradero y profesional
En Divinity te contamos cómo lograrlo siguiendo unos pasos básicos
En muchas ocasiones observamos nuestra casa y queremos darle un giro de 180 grados. Para ello, no siempre tendremos que hacer grandes obras ni invertir mucho dinero, sino que podremos optar por pequeñas reformas que le proporcionarán ese toque diferente. Una de las técnicas más seguidas, a la hora de darle otra vida a nuestras puertas, es lacarlas con esmalte o pintura laca.
Cuáles son los beneficios del lacado
MÁS
Este producto lo que hará será proporcionar más brillo durante más tiempo. Aunque eso sí, en el mercado nos podemos encontrar con una infinidad de colores y con distintos acabados, ya sean satinados o brillantes. La mejor opción será hacerlo en un blanco claro con el que, probablemente, no vayas a fallar combinándolo con la decoración de la vivienda.
Como ya hemos comentado, el lacado será una técnica que proporcionará un acabado bonito y resistente. En sus inicios, esta técnica se llevaba a cabo superponiendo capas finas de savia y resinas del árbol hasta lograr el acabado deseado. Además, se trata de un producto fácil de aplicar, no gotea, no deja rastro amarillo, no tienen olor y su acabado es duradero.
Es por eso que el lacado se podrá aplicar a todo tipo de puertas y muebles, tanto sobre maderas barnizadas como nuevas o antiguas. También, encontrarás algunos productos que sirvan para superficies de PVC y metal. Pero, ¿cómo lacamos la puerta?
1.Quitar la hoja de la puerta
Lo primero que habrá que hacer será quitar la hoja de la puerta. De esta manera, podremos pintar más fácilmente. Tras esto, deberás colocarla sobre una mesa de trabajo y quitar los herrajes de la puerta.
2.Lijar la superficie con un grano fino
Lo siguiente será utilizar una lija de grano fino, mejorado la adherencia de la pintura. También, en el caso de que la madera esté muy deteriorada, siempre podrás optar por una lija de grano grueso y, luego, otra de grano fino.
3.Aplicar una imprimación, si es necesario
El siguiente paso será limpiar la puerta, secar con un trapo, sin dejar ningún tipo de rastro o fibra. Si la superficie es muy porosa, lo mejor será aplicar una imprimación en una o dos capas. De esta manera, se tapará el poro.
4.Pintar con la laca o el esmalte
Uno de los últimos pasos será aplicar la laca o el esmalte, asegurándonos de que quede bien repartido por toda la superficie. Tendrás que poner varias capas, utilizando distintos tipos de pincel para llegar a aquellos lugares más complicados. Luego, deberás dejar secar. Tras esto, deberás colocar los herrajes y colgar la hoja.