#CampTania se ha convertido en el refugio al que Tania Llasera huye cuando quiere alejarse del ruido de la ciudad. Desde que en mayo de 2021 la comunicadora contase a través de su perfil de Instagram que se había comprado una casa en el campo, sus fieles han seguido paso a paso la reforma de la propiedad. Una renovación de la casa que ella misma aseguró que sería lenta y cuando llegase "el frio" que nunca pensó que implicaría tanto quebradero de cabeza.

Ahora, después de un año y medio y algún que otro problema con la reforma, la obra parece haber cogido buen ritmo y, a pesar de que Llasera ha ido actualizando sus redes sociales con todo lo relacionado al proceso, no ha sido hasta este mes de enero cuando la de Bilbao nos ha presentado su nueva cocina.

Cuando Tania colgó el carrusel con el que presentó el 'house tour' de la vivienda, una gran cocina que conectaba directamente con el salón llamó la atención de muchos. Su particular mueble en un tono azul marino destacaba significativamente sobre los azulejos, las baldosas y el mármol blanco de la encimera. Sin embargo, poco o nada de dicha cocina queda ya en la segunda vivienda de la presentadora.

Tras la obra, la estancia se ha convertido en un lugar muy funcional y acogedor. Se trata de una cocina relativamente pequeña en comparación con la anterior, pues Llasera ha decidido quedarse tan solo con la zona que anteriormente hacía de comedor y despensa. En el centro de la estancia, una isla cuadrada de silestone color tierra es la principal protagonista. En ella, la familia podrá cocinar, pues es donde se encuentra colocada la vitrocerámica, y además podrá comer, pues en uno de los laterales hay dos sillas altas de estilo rústico que combinan a la perfección con los demás de elementos decorativos de la cocina.

En el resto de la estancia los muebles bajos bancos recorren tres de las cuatro paredes y cumplen la función de alacena. Sobre ellos, lo que la presentadora ha llamado "una balda de arte casero", donde cientos de elemento decorativos llenan el espacio en un estilo a caballo entre lo hippie y lo rural. Desde pequeños manteletes y bandejas de mimbre, hasta morteros, jarrones o especieros, todo ello combinado con los cuadros originales que la familia va añadiendo en tonalidades beige, blancos y negros.

Desde el primer momento Tania tuvo claro que la decoración de #CampTania tendría que representar su esencia. Y por lo que hemos podido ver, la casa lo cumple a la perfección. A través de sus historias, la presentadora ha compartido miles de tejidos, colores, pinturas e incluso muebles que le han servido de inspiración para lograr de su nueva casa su lugar de ensueño.

Algo en lo que Tania ha hecho siempre mucho hincapié ha sido en los colores. En alguna ocasion dejó caer que si por ella fuese "sería valiente y arriesgaría con color y años 50,60 y 70". Sin embargo, la pareja de la bilbaína también "tiene opiniones y gustos" y como ella misma afirmaba, no siempre se puede coincidir. Por lo que parece que en esta ocasión prevaleció el todo al banco y colores neutros.

No obstante, Llasera ha logrado darle ese toque de color a la cocina, y lo ha hecho de una manera muy original. Lejos de la grifería metalizada a la que acostumbran todas las casa, quiso arriesgar y decidió que el fregadero de su cocina fuese naranja.

El color no fue elegido al azar, sino que Tania quiso que además de ser un color vivo y lleno de buenas energías, fuese un homenaje a la cocina original de la casa, no la que ellos encontraron al comprarla, si no una anterior.

Además, el tema de los colores no se queda ahí, por el resto de la casa la comunicadora ha ido dejando pinceladas de esta mezcla de estilos entre lo rústico, lo hippie y lo retro que tanto le gusta. Por ejemplo, en la sala contigua a la cocina, Llasera ha decido crear un espacio de los más acogedor. Se trata de una zona que haría de comedor, para disfrutar de grandes comidas en familia, y a la que se accede desde la cocina, teniendo sobre el suelo de terrazo una gran alfombra gris de pasador . Allí ha colocado una mesa rectangular de madera franqueada por dos grandes bancos del mismo material, todo ello simulando una mesa típica de picnic. Además el mantel a cuadros y las lámparas de cristal rojizo que cuelgan del techo son lo que le aportan los colores llamativos a dicha estancia, y una taburete que imita la piedra termina de dar el toque más campestre a la sala.