Cómo pelar ajos fácilmente, sin cuchillo ni olores: del tarro al microondas
Los ajos son un ingrediente esencial de nuestra gastronomía
Pero a veces resulta incómodo pelarlos
Te contamos cómo hacerlo sin usar cuchillos y sin que dejen olor
El ajo es uno de esos ingredientes que no puede faltar en una gran cantidad de platos de nuestra gastronomía. Lleno de propiedades beneficiosas para la salud y con un sabor inconfundible, el ajo no puede faltar en nuestra cocina. Eso sí, hay que admitir que pelarlos no es nada sencillo, y que tienen un fuerte olor que parece quedarse pegado a los dedos durante demasiado tiempo, sobre todo cuando utilizamos varios en la elaboración de un plato.
Es hora de que descubras cómo pelar ajos fácilmente, sin cuchillo y sin olores, para que desde hoy no te dé ninguna pereza utilizarlos cuando vayas a cocinar. Hay diferentes formas de conseguirlo y te las indicamos a continuación.
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Con un tarro de cristal
Mete los ajos enteros, con la piel, en un tarro de cristal. Cierra la tapa y agita el tarro con fuerza, como si estuvieras preparando un cóctel. A medida que vayas agitando, verás cómo se desprende la piel de los ajos.
Con la parte plana de un cuchillo
Pon los ajos sobre una superficie plana. Para retirar por completo la piel debes utilizar la parte planta de la hoja de un cuchillo. Con ella, aplasta los ajos para que la piel se quiebre y puedas desprenderla sin ningún esfuerzo.
En el microondas
Solo tienes que meter los ajos en el microondas durante 10 o 15 segundos. Al sacarlos podrás quitar la piel sin ningún problema. Eso sí, al meterlos en el microondas, aunque solo sea unos segundos, los ajos se cuecen un poco. Por lo tanto, usa este método cuando los ajos que utilices vayan a ser parte de un guiso o de un sofrito, no en preparados crudos, como un gazpacho.
Sumergidos en agua
Si planificas la comida con tiempo y sabes que vas a utilizar ajos, solo tienes que sumergirlos en agua unas horas antes de cocinarlos. Incluso, puedes ponerlos a remojo la noche antes. Este método no es rápido, pero sí eficaz. Cuando saques los ajos del agua, podrás comprobar que la piel se va prácticamente sola, con mucha facilidad.