¿Cómo se deben lavar, planchar y conservar las prendas de lino?
El lino es un tejido ideal para la época estival
Pero es delicado y hay que tener ciertas precauciones con él
Te contamos cómo lavar, planchar y guardar tus prendas de lino
El lino es uno de nuestros tejidos preferidos para las prendas de verano. Esta fibra natural, que es de origen vegetal, es fresca, con un precioso acabado y muy eficaz para protegernos del calor y de las radiaciones ultravioletas. Eso sí, hay que prestar atención a nuestras prendas de lino para que no encojan al lavarse o para que no terminen con un aspecto acartonado. Para conseguirlo, te contamos cómo lavar, planchar y conservar tus prendas de lino favoritas.
Cómo lavar el lino
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Para que el color de tus prendas de lino se mantenga y, sobre todo, que no encojan, es importante seguir los consejos que te damos a continuación.
- Lava siempre con agua fría. Si no lo haces la prenda encogerá. Si hay alguna mancha, trátala aparte con un producto específico que sea suave.
- Puedes lavar a mano y a máquina, siempre que el lavado sea corto y con agua fría. Los programas para prendas delicadas son los más adecuados.
- Utiliza, ya sea a mano o máquina, un detergente específico para prendas delicadas.
- Si metes la prenda en la lavadora, puedes usar una bolsa de rejilla que evite que se enganche con otras prendas.
- Si lavas la prenda a mano, asegúrate de hacer un buen aclarado para que no queden restos de detergente.
Cómo planchar el lino
Tal y como decimos, las prendas de lino son preciosas, pero parece que se arrugan solo con mirarlas, así que es necesario plancharlas después de cada lavado como mínimo. Para que quede perfecto, te recomendamos que planches la prenda cuando esté un poco húmeda. También puedes humedecerla ligeramente con la función que tiene la plancha para este fin. Además, pon la plancha a una temperatura suave y asegúrate de que la prenda está del revés.
Cómo guardar tus prendas de lino
Mientras están en uso, puedes colgar tu ropa de lino en perchas en el armario para evitar que se arruguen. Eso sí, asegúrate de elegir la percha que se adapta a la prenda para que no se deforme por ningún sitio. Cuando termine el verano, si quieres guardarlas en otro sitio porque no necesitas que estén a mano, lo mejor es que las dobles y guardes en bolsas de tela, nunca de plástico. También puedes envolverlas en papel de seda.