Cómo declinar ir a la cena de Navidad del trabajo y quedar bien
En estas fechas la mayoría de empresas ya tienen una cita con la tradicional cena de Navidad
Aunque puede que este año no puedas (o no quieras) ir
Y es posible declinar la invitación quedando bien con tus jefes y compañeros
Los festejos navideños comienzan mucho antes de Nochebuena y una de las citas que nunca falla es la cena de empresa. Pero toca ser sinceros y aceptar que no siempre apetece ir y los motivos pueden ser diferentes para cada persona: exceso de compromisos en estas fechas, mal ambiente laboral, situación económica… A veces decidimos hacer el esfuerzo y acudir a la cena en cuestión aunque no nos apetezca lo más mínimo. Pero si quieres hacerte caso a ti mismo, te conviene saber cómo declinar ir a la cena navideña del trabajo y quedar bien.
Analiza tus motivos
MÁS
No es que tengas que hacer una introspección profunda, pero sí un ejercicio de sinceridad contigo mismo. No tanto por encontrar la excusa perfecta, sino por revisar el momento personal en el que te encuentras. Puede que no te apetezca ir o que no puedas acudir por otros compromisos, pero también es importante saber cuál es tu estado anímico en general.
Ser sincero como primera opción
Si entendemos la cena de Navidad del trabajo como un compromiso laboral, es lógico que pensemos que para justificar nuestra ausencia lo que tenemos que hacer es encontrar la excusa perfecta. Si la tienes, adelante: enfermedad, cuidado de hijos o familiares, viajes, compromisos anteriores… Si no es así, aunque parezca arriesgado, te recomendamos que seas sincero como primera opción. Aunque cueste creerlo, ser honesto causa más respeto que rechazo, siempre que las formas sean las correctas.
Cómo declinar ir a la cena
Aunque esto que vamos a decirte parezca más que evidente, hay que recordarlo y tener en cuenta. A veces la necesidad de ser sinceros se apodera de nosotros con tanta fuerza que las formas utilizadas para expresarnos pueden resultar inadecuadas.
Dirígete al responsable de organizar la cena y, en primer lugar, agradece la invitación. Después, debes exponer con claridad el motivo por el que no vas a ir. Puede ser un momento complicado para ti por asuntos familiares o que últimamente no te apetezcan mucho las reuniones sociales. Todo es válido si se expresa bien y sin darle más vueltas de las necesarias, sin importar el motivo.
Respeta la ilusión de los demás
No ir a la cena navideña no tiene por qué suponer un malestar, pero sí puede hacerlo una actitud despectiva. No celebres ante tus compañeros que “te libras” de la cena. Es preferible desearles que pasen una noche agradable y transmitir tus deseos (sean sincero o no) de acompañarles en la siguiente.