Cada época tienen sus elementos diferenciadores y si en verano los tejidos de algodón y los colores claros se empeñan en vestir nuestras casas, el invierno está marcado por la Navidad. Durante esos días, el menos es más se queda en la puerta, porque no es posible minimizar cuando los dorados, rojos y verdes se convierten en norma.
Las casas se llenan de luces, de brillos y de elementos naturales que acompañan al tradicional árbol de Navidad para que no se sienta solo, pero estas no son las únicas que se visten de gala, las mesas que nos reciben para comidas y cenas también se convierten en protagonistas.
Muchas de las reuniones de estas fiestas están relacionadas con la comida, por eso decorar una buena mesa es prioritario, sobre todo una vez que tenemos claro el menú. Es todo un espectáculo y los detalles son más importantes que nunca, todo tiene su sitio, todo está ahí por algún motivo y todo suma para crear recuerdos únicos.
Cada cual tiene su estilo y que la mesa de Navidad refleje esto es importante, tanto si eso hace que luzca homogénea, como si se convierte en una amalgama de todo lo que tenemos en casa. No es necesario comprar nada nuevo si no nos apetece, pero confirmar que tenemos todo lo que necesitamos es esencial.
Por eso un primer paso es asegurarnos de que tenemos vajilla, cubertería y cristalería para todos los invitados, tanto si son todos iguales como si lo que buscamos es que sean diferentes. Conviene también asegurarnos de que los textiles están en buenas condiciones, no es raro haber perdido una servilleta o encontrarnos que el mantel que queríamos usar tenga alguna mancha. Revisarlo todo un tiempo antes hará que podamos estar tranquilos en el momento de la verdad.
También es una buena idea cerciorarnos de que el menú y la mesa van en consonancia, ¿necesitamos cubertería para carne, para pescado? ¿Nuestro menú incluye caldo, para el que necesitaremos cucharas? Las copas también serán sometidas al mismo escrutinio, sobre todo si se planea servir varias bebidas, como agua, vino o después brindar con champán.
A la hora de decorar la mesa, es una buena idea escoger varios colores, no demasiados, dos o tres, una pequeña paleta que podamos usar de guía para seleccionar los complementos. La forma de la mesa es clave, por ejemplo, si es redonda, un centro de mesa será una gran opción, pero si es alargada, tal vez queramos incluir elementos más pequeños que nos permitan recorrer la mesa.
No conviene colocar complementos que impidan la visibilidad entre los comensales, salvo que sea algo que después apartaremos. Las hojas verdes son una estupenda elección, tanto con bayas rojas, como con otros elementos naturales, como piñas. Las luces aportan magia al conjunto, así como las velas, pero en este caso se corre el riesgo de tirar alguna de un golpe, por lo que es recomendable usar el fuego solo para cocinar y dejar que la iluminación sea a través de luces led, que aportan la ambientación y reducen el riesgo.