El Pazo de Aián, el palacio de Marta Ortega en A Coruña valorado en 3 millones de euros, con capilla y torreón

Marta Ortega es propietaria de un palacete rural situado en plena naturaleza y muy cerca de la segunda residencia de sus padres, Amancio Ortega y Flora Pérez. La heredera del imperio 'Inditex' ha adquirido en propiedad el Pazo de Aián junto a su pareja Carlos Torretta y sus hijos, una casa rural llena de elementos rústicos y neoclásicos situada a tres kilómetros de la casa de sus padres, el Pozo de Ancéis. Se trata de un enorme terreno natural en el que se asientan tres casas diferentes, una principal, la de invitados y la del servicio. Sigue leyendo y descubre la increíble vivienda en la que vive Marta Ortega en tu tierra natal.

La casa principal del terreno es de la que se tiene más información. Esta primera planta cuenta con casi 1.000m2 de superficie sobre la que se asientan dos plantas con amplias estancias y decenas de habitaciones, un desván y un alto torreón que da acceso a la casa. En general, el caserío muestra características arquitectónicas neoclásicas mezcladas con la más pura arquitectura popular de la zona y los nuevos elementos que llegaron en el siglo XIX.

Este conjunto arquitectónico situado en Sigrás, dentro del municipio de Cambre, está rodeado por un alto muro de piedra natural y una gran arboleda que lo cubre que delimita el terreno de la casa y la protege del exterior. La gran cantidad de vegetación, árboles y plantas silvestres dentro de su jardín impide la mirada indiscreta de los paparazzis y la prensa. Dentro de este terreno, tiene una segunda vivienda llamada Casa Jardín con una superficie de 300m2 divididos en dos plantas que es la casa de invitados, y una tercera vivienda de unos 200m2 que es la casa donde se aloja el servicio doméstico.

Pero además, el pazo también dispone de una capilla religiosa con elementos arquitectónicos neorrománticos situada muy cerca de una de las viviendas. También cuenta con un gran huerto propio, con un estanque, una majestuosa fuente de piedra y un gran garaje con aparcamientos para coches.

Un paisaje muy diferente al que Marta está acostumbrada ya que hasta entonces, la hija de Amancio Ortega ha estado viviendo en la cosmopolita Dársena del Puerto de La Coruña, en pleno centro de la ciudad, un barrio en el que abundan numerosos edificios oficiales como la Autoridad Portuaria o la Subdelegación del Gobierno. Aunque en Madrid también cuenta con una casa propia, una impresionante vivienda en el corazón de la ciudad valorada en 4 millones de euros que la convierte en vecina de Rafa Nadal.

Una casa que tiene una larga historia a sus espaldas ya que algunos medios de comunicación gallegos aseguran que se construyó en el siglo XVI y que estuvo deshabitada durante un tiempo hasta que cayó en manos de Amalia Torres Sanjurjo a finales del siglo XIX. Tras ella, se comenzó a tener un registro controlado de las escrituras y habitantes de los pazos de esta zona de Galicia. Por lo visto, Amalia contrajo matrimonio en la capilla de la casa con Pedro Barrié de la Maza, primer conde de Fenosa, pero no tuvieron descendencia. A su muerte, la casa la heredó su sobrina que a su vez, se la dejó a su hija siendo esta la última propietaria de la vivienda y quien la puso en venta.

En cambio, otros medios especializados aseguran que la vivienda fue propiedad del general franquista Juan Castañón de Mera y, antes de él, de Herminia Borrell Feijoo, hija de una dinastía gallega que hizo fortuna en Cuba y cuya vida rompió los moldes de la sociedad burguesa de la época. Herminia fue una mujer de armas tomar, fue presidenta de honor del Deportivo de La Coruña y se convirtió en la primera mujer en sacarse el carné de conducir. Muchos piensan que vivió en esta casa durante buena parte de su vida hasta el traslado de Juan Castañón.

El Pazo de Aián tenía un precio de venta superior al que Marta Ortega ha terminado pagando por el inmueble. La casa salió a la venta por un total de cinco millones de euros, pero tras varias tasaciones la operación se terminó cerrando por tres millones de euros en febrero de 2022. Al principio, no iba a recibir ningún tipo de reforma ni restauración pero finalmente, Marta y Roberto empezaron las obras de su casa en septiembre de 2023 para adaptarla completamente a sus gustos y necesidades, y también a la de sus hijos, Amancio, Matilda y Manuel.

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