Es inevitable que en algún momento una prenda de ropa, una sábana o la tapicería del sofá se manche de sangre, ya sea por una herida, una hemorragia nasal o el sangrado menstrual, entre otros motivos. Cuando ocurra, mantén la calma porque es posible quitar manchas de sangre fácilmente con distintos productos que son habituales en el hogar. Si la mancha de sangre es reciente, el agua fría puede bastar para eliminarla. No utilices agua caliente, porque solo ayudaría a incrustar la sangre en el tejido. En cambio, si se ha secado, puedes echar mano de estas ideas que pueden acabar con la dichosa mancha en un abrir y cerrar de ojos. 

Seguro que has escuchado alguna vez que el agua oxigenada es muy eficaz para eliminar las manchas de sangre, y así es. Para aplicarla correctamente lo mejor que puedes hacer es diluirla en agua fría a partes iguales (sobre todo en tejidos delicados) y luego echarla sobre la mancha. Deja que el agua oxigenada haga su efecto y luego introdúcela en agua fría para que se siga ablandando. Enjuaga la prenda con suavidad y lávala a mano con un jabón neutro, frotando la zona de la mancha. Después, si quieres, puedes meter la prenda en la lavadora y lavarla con un programa de agua fría. 

El amoníaco puede ser muy efectivo para eliminar la sangre, pero también es un producto muy fuerte, así que evita utilizarlo sobre tejidos delicados. Diluye dos cucharadas de amoníaco en un vaso de agua fría y después aplica la mezcla sobre la mancha. Deja que actúe unos minutos para ablandarla y después enjuaga la prenda. Por último, ponla en la lavadora con tu detergente habitual y un programa de agua fría. 

Tanto el vinagre como el bicarbonato son de gran ayuda para limpiar la casa y dejarla reluciente. Y, además, pueden ayudarte a eliminar las manchas de sangre. En primer lugar, cubre la mancha con bicarbonato y, a continuación, echa encima un poco de vinagre. Deja actuar esta poderosa mezcla durante 30 minutos y retírala con un paño limpio humedecido. Por último, enjuaga la prenda con agua fría y ponla en la lavadora con tu detergente habitual. 

Si ha dado la casualidad de que no tenías ninguno de los ingredientes anteriores en casa, sabemos que es casi imposible que te falte la pasta de dientes. Tu dentífrico habitual es, de hecho, la mejor opción para acabar con una mancha de sangre en un sillón, sofá o alfombra. Pon la pasta de dientes sobre la mancha y deja que se seque. Después quita la pasta con un paño humedecido en agua fría y un poco de jabón. Si has utilizado este truco sobre una prenda de ropa, retira el dentífrico y lava en la lavadora con agua fría.

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