La colocación del sofá determina en gran medida la decoración del salón, y la decisión de dónde situarlo depende por lo general de la distribución que tenga el mismo. Las dimensiones y la forma de la planta son factores clave, pero también influyen otros elementos, como que haya ventanas, muebles en la pared, que la cocina esté abierta al salón, etc. Toma nota de estas sugerencias para ubicar el sofá en el mejor lugar, con algunas opciones menos convencionales que te servirán de inspiración.

Colocar el sofá adosado a la pared es posiblemente la opción más previsible y, en muchos casos la más acertada, sobre todo cuando las dimensiones del salón son reducidas. Aunque barajes otras posibilidades, nunca descartes esta, porque es ideal para que el volumen del sofá no invada el resto de la estancia de manera visual. También es muy acertado si quieres tener un diseño de sofá con un respaldo alto y cómodo. 

Las cocinas abiertas al salón son una tendencia en diseño de interiores que no deja de cobrar fuerza y parece que ha llegado para quedarse. Si tu salón conecta con la cocina, el sofá puede ser el elemento idóneo para crear una separación visual entre las dos estancias. Incluso es una buena idea cuando tienes dos sofás para colocar en L, con uno pegado a la pared y otro marcando esa división. 

Cuando el salón es espacioso y comunica con una zona de paso puede quedar libre de estar pegado a la pared. De esta forma, el propio mueble puede actuar como “segunda pared” de un pasillo y así ejercer una doble función, incluso si es un sofá esquinero. Esta posibilidad enriquece mucho la decoración del salón y le otorga al sofá una utilidad inesperada. 

Esta propuesta es tan original como elegante. Nos encanta la opción de pegar un mueble a la trasera del sofá cuando este queda exento. Es una muy buena idea en aquellos casos en los que la trasera separa espacios y conecta con el comedor o con una zona de trabajo. Lo más acertado en estos casos es que el mueble que va pegado al sofá no supere su altura, y puede tratarse de una cómoda, un banco, una estantería…

Cuando un salón tiene una ventana grande que ocupa una pared tendemos a pensar que ese tramo va a quedar inutilizado, tanto por el propio diseño de la ventana como para aprovechar la luz entrante. Sin embargo, se trata de un lugar ideal para ubicar el sofá, con la ventana detrás. El único problema puede ser que haya espacio para que caigan unas cortinas o un estor, pero lo puedes solucionar dejando unos centímetros libres entre el sofá y la ventana. 

Si eres de las afortunadas que cuenta con un jardín, terraza o patio y el acceso está en una pared del salón, esta opción es una de las más acertadas. Coloca el sofá frente a la salida, aprovechando para poner una mesa de centro justo delante y las vistas serán inmejorables. Si quieres poner un televisor, ubícalo en un mueble en el lateral o en la misma puerta de salida, siempre que dejes espacio para entrar y salir. 

Esta posibilidad se adapta tanto a dos sofás con idéntico diseño como a dos estilos diferentes. El espacio que se crea es muy acogedor e invita a compartir tiempo con la familia y amigos. Si el salón es amplio puedes jugar con las opciones que deja el espacio entre ambos sofás y colocar una mesa amplia, un banco o alguna mesita auxiliar. Además, puedes cerrar una de las salidas con un sillón o butaca o una estantería baja. 

Una estantería a medida, sea o no de obra, siempre es muy estilosa, además de útil, en un salón. Para no perder esa pared, el sofá puede estar delante perfectamente. De hecho, es muy acertado desde el punto de vista decorativo. Si estudias bien las posibilidades, podrás decidir si dejar el hueco para apoyar el sofá sin que interfiera con la estantería, o si prefieres dejar unos centímetros de distancia para almacenar cosas en la parte que conecta con la trasera.

Suscríbete a la newsletter de Divinity y recibirás toda la información de celebrities y corazón cada semana en tu mail.