Desde que formalizaron su relación tras su aparición en ‘La isla de las tentaciones’, Borja González y Ana Solma han mostrado una fuerte conexión sentimental y una apuesta clara por una convivencia basada en el amor, la cercanía y el cuidado familiar. Tanto es así, que a los cinco meses de que surgiese su amor se fueron a vivir juntos. Un gran paso que, al principio les dio un poco de vértigo, y del que ahora no pueden estar más orgullosos. Aunque ahora los separen unas cuántas horas de avión hasta que Borja vuelva de Honduras cuando finalice su etapa en Supervivientes, la pareja vive de lo más feliz en Massanassa, una localidad cercana a Valencia (que fue azotada por la Dana, aunque su hogar, por suerte, no sufrió ningún daño).

Su nidito de amor, que ha ganado protagonismo en sus redes sociales, especialmente en Instagram, se ha convertido en un escenario recurrente donde comparten momentos cotidianos, anécdotas familiares y detalles sobre su día a día. Gracias a estos contenidos, sus seguidores han podido conocer muchos rincones del que ya es su espacio común, y que también se ha adaptado a su nueva vida como padres.

En cuanto a la decoración de la casa, según ha explicado Ana, antes “Borja la tenía como un trastero” y ella ha sido la encargada de conferirle un hilo estético, basado en los blancos y grises, para convertirla en un auténtico hogar. Además, también ha explicado que ella es muy ordenada, y Borja no tanto, pero ambos encuentran el equilibrio para convivir felices.

Es más, estilo decorativo de ambos podría definirse como moderno con toques personales. Pues se decantan por una paleta de colores suaves —blancos, beiges, grises— que aportan luminosidad y calma, combinados con elementos más cálidos en madera natural. En muchos rincones se aprecian detalles que reflejan su personalidad: fotografías de viajes, frases motivadoras en marcos discretos, y pequeños objetos que aluden a su historia de amor o a momentos importantes de su vida pública.

Una de las zonas que más muestran es el salón, donde encontramos una gran columna en el centro que le confiere un toque de personalidad, y mobiliario en blanco con un sofá chaise longe gris donde no faltan cojines y mantas de todo tipo. Por otro lago, encontramos también la pared del fondo con el ladrillo a la vista, en tonos blancos, que le confiere un aire muy urbano y cosmopolita que a los dos les encanta.

No faltan tampoco otros elementos decorativos modernos como plantas de interior, cuadros, velas aromáticas y varios pergaminos egipcios enmarcados.

Aunque no se han compartido todas las estancias, Borja y Ana han dejado entrever que se trata de un piso de dimensiones amplias, luminoso y con una distribución pensada para el confort y la practicidad. Otro ejemplo lo encontramos en la cocina, de estilo abierto en donde hay una encimera amplia, electrodomésticos integrados y un diseño minimalista en blanco y madera clara que encaja a la perfección con el del salón.

Otro de los rincones que más suele verse en sus videos es su dormitorio, donde no falta un cabecero en rosa pastel y un vestidor en la habitación de al lado con mobiliario en blanco y mucho espacio de almacenaje.

Desde que nació su primer hijo, Luca, Borja y Ana han tenido que adaptarse, como nos cuentan en el programa de Mitele y Mtmad Recién nacidos. Además, también han reconfigurado su hogar para hacerlo aún más cómodo y seguro. En su cuenta de Instagram, han compartido cómo transformaron una de las habitaciones en el cuarto de su bebé, eligiendo tonos suaves en pastel, una cuna blanca de líneas modernas y detalles decorativos infantiles como móviles, estrellas de fieltro y alfombras suaves. Además, han añadido más espacio de almacenamiento y cambiadores portátiles para adaptarse mejor a las necesidades del bebé. Incluso el salón ha sido modificado con alfombras y cojines acolchonados, demostrando lo mucho que priorizan la comodidad y seguridad del pequeño Luca.

Pero si hay una zona que adoran, aunque, según Borja, sea muy calurosa, es la terraza, que ambos han transformado en su particular oasis. Decorada con césped artificial, cojines de suelo y guirnaldas de luces cálidas, funciona como un rincón de relax donde disfrutan de los atardeceres, celebran reuniones íntimas o simplemente desconectan del ritmo diario. Además, han incorporado una mesa con sillas de ratán para disfrutar de cenas relajadas, algunas jardineras con hierbas aromáticas y flores de temporada, y hasta una pequeña zona chill-out con pufs y mantas para las noches más frescas.

No cabe duda de que el piso de Borja y Ana es más que una vivienda: es el reflejo de una nueva etapa vital que ambos afrontan con mucha ilusión.

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