La fama ha cambiado por completo de Adara Molinero, pero también de su madre, Elena Rodríguez. Ambas se han mostrado ante sus seguidores tal y como son, es complicado ocultarse cuando se forma parte de un reality en el que hay cámaras todo el rato y ambas han tenido la oportunidad de darse a conocer en televisión gracias a ellos. 

Una vez alcanzado el éxito es importante saber gestionarlo, tanto emocionalmente como en lo referente a la economía. La fama es volátil, no tiene por qué durar eternamente y tan como llega, se va, por eso es importante saber en qué invertir. Ellas no lo han dudado y parte de lo ganado lo han invertido, Elena se compró un piso en 2022 y no dudó en decorarlo a su gusto.

Elena escogió una zona residencial y tranquila para instalar su nuevo hogar, un paso importante porque pasó de vivir con su hija en una localidad al norte de Madrid a hacerlo por su cuenta, en un piso rodeado de zonas verdes, algo ideal para poder hacer un poco de deporte, algo a lo que es muy aficionada, tal y como refleja en sus redes sociales, donde comparte consejos, tips y rutinas de entrenamiento. 

Según recogen en la revista Lecturas, el piso de Rodríguez tiene 73 metros cuadrados, dos habitaciones, dos baños, trastero y plaza de garaje, cuenta con todo el espacio que ella necesita y que le permite invitar a su familia a pasar la noche de Reyes con ella, una nueva tradición que han querido instaurar en el clan para poder disfrutar juntos de los regalos por la mañana. 

Elena no es demasiado dada a mostrar su casa en redes sociales, aunque de vez en cuando no duda en dejar ver algunos detalles de su casa, como los suelos de madera en color claro que se extienden también por la escalera que une las dos alturas del piso. Para la decoración parece haber apostado por los colores claros, una elección ideal si lo que se busca es crear espacios tranquilos y relajantes, pero no aburridos. 

Un gran sofá con chaise longue se convierte en protagonista de su cuarto de estar, donde tiene espacio suficiente para poner su esterilla y hacer un poco de ejercicio, siempre que quite la mesa auxiliar de madera. Se trata de un sofá de color gris y brazos bajos que invita a la calma y que luce confortable, situado junto a un ventanal de gran tamaño que aporta una cantidad de luz más que considerable. 

Al otro lado del sofá tiene una mesa de comedor redonda, con un tablero de madera y patas de color blanco que contrastan con el tono gris escogido para las sillas. Frente al sofá, la televisión descansa en un mueble bajo, y junto a él, detalles decorativos como una gran botella de vidrio. En el dormitorio cambian las tonalidades y tanto en el cabecero acolchado como en la lámpara de la mesita de noche destaca el rosa empolvado. En esta casa decorada a su medida, Elena cuenta con un vestidor, con armarios a ambos lados y con espejos de cuerpo entero.

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