Cuando el espacio para una cocina es reducido, es habitual elegir el color blanco para que visualmente parezca más amplia y luminosa. Y se trata de todo un acierto, aunque no es la única posibilidad. Eso sí, hay que desterrar el temor de que una cocina blanca pequeña resulte aburrida o carente de estilo, porque la realidad es bien distinta. La elección de materiales y de pequeños detalles pueden marcar la diferencia y otorgarle a tu cocina ese acabado bonito, funcional y repleto de personalidad que estás buscando. Tenemos ideas para la tuya que podrás descubrir en estas fotos y que te servirán de inspiración. 

En muchas cocinas pequeñas es posible contar con una isla, una de las tendencias más exitosas en el diseño de estos espacios. La clave es aprovechar al máximo el espacio y dotarlas de armarios y cajones para almacenaje. En muchas ocasiones se utilizan para ubicar el fregadero y, en las más modernas, se coloca ahí la placa con los fuegos. Nos encanta porque el resultado es absolutamente funcional y, como ves, muy original.

El minimalismo en cocinas es una de las tendencias que ha llegado para quedarse y, dicho sea de paso, nos viene muy bien cuando se trata de una con pocos metros cuadrados. Destacan por los colores neutros (con el blanco a la cabeza), diseño lineal, ausencia de ornamentos y mucha funcionalidad. De esta propuesta toma nota de los armarios hasta el techo, que dan sensación de ligereza al conjunto, de la ausencia de tiradores y del suelo de madera para aportar un punto de calidez. 

A veces en muy poco espacio se pueden encontrar propuestas tan originales como prácticas. No te pierdas esta cocina que cuenta con un solo mueble central que es, al mismo tiempo isla y barra. Solo con combinar dos alturas se consigue una funcionalidad excelente, por no hablar de la originalidad del diseño. Una idea de la que debes tomar nota porque no se requieren muchos metros cuadrados, es muy útil y desprende estilazo. 

Aquí lo tienes: una cocina blanca pequeña que ha conseguido transformarse en un espacio elegante y perfectamente equipado. Se trata de una cocina abierta al salón, otra de las tendencias imperantes. Nos encanta la base minimalista, con líneas depuradas y aprovechando al máximo el espacio. Luego añade esos toques que la hacen especial, como el fregadero saliente, la placa en la isla y los tiradores negros para crear un contraste de color. 

Una cocina blanca no tiene que renunciar a combinarse con otros tonos para ganar calidez. Aquí la madera ejerce esa función con un resultado de lo más bonito y acogedor. Por otro lado, el blanco se presenta como el color de la grifería, algo que es reseñable porque, además de original, crea un efecto visual que hace que el espacio parezca mayor de lo que es. 

El papel pintado es uno de los recursos deco más aplaudidos en cualquier estancia de una casa, aunque es el gran olvidado cuando se trata de cocinas. Pero, como ves, no hay ningún motivo para que no lo utilices en la tuya. La gran ventaja es que, si hablamos de cocinas blancas, son un elemento muy útil para dar un toque de color o probar estampados de todo tipo. 

Los fregaderos suelen ser los grandes olvidados a la hora de diseñar cocinas y lo habitual es utilizar uno solo. Pero hay que ver qué bonito queda un fregadero doble en una isla (no tiene por qué ser muy grande), sobre todo si está fabricado en materiales como la piedra. Con un elemento como este ganarás en comodidad a la hora de fregar y lavar alimentos, por no hablar del estilazo que le darás a tu cocina. 

A veces la modernidad de una cocina reside en que contenga elementos clásicos revisitados con acierto. Un mueble con cristalera, que permita ver las piezas de vajilla que hay dentro, cobra una gran importancia cuando el resto de la cocina es blanca y sencilla. Si te decides por algo similar, tienes nuestro aplauso, aunque no debes olvidar que en ese caso mantener el orden del interior del armario es imprescindible para que la cocina se vea siempre bonita.

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