Trucos caseros para arreglar la ropa blanca desteñida de rosa: del bicarbonato a hervir agua con laurel

Cuando ponemos una lavadora de forma incorrecta, la probabilidad de que la ropa destiña es muy elevada. Esto sucederá, sobre todo, con las prendas que son blancas, que acabarán cambiando su tonalidad a una más rosada. Cuando esto sucede tendemos pensar que no tiene solución, pero lo cierto es que podemos utilizar algunos trucos caseros para remediarlo y para que las prendas vuelvan a su color original.

Una opción será hervir agua con un poco de hojas de laurel y bicarbonato de sodio. Una vez ha hervido, deberás colar la infusión para desechar las hojas de laurel y todos los restos que se hayan podido acumular. Después habrá que introducir la prenda en esta mezcla para que vuelva el blanco impoluto que tanto echamos de menos.

También se podrá hervir la prenda en una olla con agua y unas patatas sin pelar. Después, deberás dejar la prenda reposar en el agua durante, al menos, una hora y lavarla en la lavadora.

Otra alternativa será hacer una mezcla de agua, amoniaco y jabón de lavavajillas y ponerla sobre cada mancha desteñida que se haya producido en la ropa. También, podrás frotar con un cepillo hasta que el color comience a aclararse. Aunque eso sí, esto no servirá si la prenda está completamente desteñida, solamente si hay manchas.

Otra opción será utilizar lejía. Para ello, deberás mezclar un poco de agua caliente y un poco de lejía en un barreño e introducir la prenda. En ese momento, verás como la prenda vuelve a su color blanco. Si utilizas este método deberás cerciorarte primero mirando la etiqueta que la prenda a tratar admite el uso de lejía.

En el caso de que tu prenda no sea blanca, sino de color, deberás utilizar otra alternativa, ya que la lejía desteñirá todo. Por eso, la mejor opción será una infusión de té verde. Además, para las manchas más intensas podrás hacer uso de sal, frotando bien.

También, la leche fría servirá para recuperar el color original de la ropa. Para ello, se deberá sumergir la prenda en leche fría durante, al menos, doce horas. Aunque eso sí, deberás asegurarte de cambiar el líquido cada tres horas para que esté siempre limpio.

Será importante mantener ese blanco impoluto. Para ello, deberás mezclar un poco de vinagre blanco con sal, sumergiendo la prenda en esta combinación. A continuación, deberás lavarlo cómo lo haces normalmente.