Las alfombras son uno de esos elementos decorativos de casa que más se ensucian. Esto se debe a que están en constante contacto con el suelo, con el polvo o con los restos de suciedad que podemos portar en los zapatos. Por todo eso, lo más recomendable es que se limpien con cierta frecuencia.
Algunos consejos que deberás seguir para prevenir esa suciedad será moverla de vez en cuando. De esta manera, habrá que tener en cuenta que el peso de los mismos podrá marcar la alfombra y, por eso, lo más recomendable será girarla cada poco tiempo para que no siempre se desgaste por el mismo lado.
Será de vital importancia evitar el polvo. Este puede estropear las fibras y suele apelmazarse en las alfombras. Por tanto, será esencial aspirarlo con frecuencia, así como airear la alfombra constantemente.
En el caso de que quieras limpiarla en casa, solo tendrás que seguir unos consejos básicos. Un producto que todos tenemos en casa es sal gorda. Para limpiar la alfombra se deberá mezclar en un bol un poco de sal y agua hasta que se forme una pasta compacta. Esta habrá que extenderla por encima de la alfombra y dejar que se seque. Lo siguiente será frotar con un cepillo y retirar todos los restos con el aspirador.
Otro remedio eficaz será el vinagre de alcohol. Este se deberá preparar caliente y frotar la superficie de la alfombra con un paño de algodón impregnado en esta mezcla. Se tendrá que dejar actuar durante unos minutos y pasar un paño seco antes de comenzar a aspirar.
En el caso de que la alfombra tenga un color oscuro también podrás hacer uso de unos posos de café que estén ligeramente húmedos. Será suficiente con retirarlos una vez que ya se hayan secado.
Si sabemos de qué es la mancha que tiene la alfombra se deberán seguir unos pasos más específicos. Por ejemplo, si se nos ha caído un poco de vino tinto habrá que eliminarlo frotando la zona con agua con gas.
En el caso de que la mancha sea de té o de café habrá que limpiarla bien con una mezcla de detergente y vinagre blanco. Si se ha caído un chicle será importante no intentar arrancarlo, ya que habrá que endurecer el chicle con un poco de hielo. De esta manera será más fácil de quitar.
Cuando llegue el verano y tu deseo sea guardarla, lo más recomendable será que la lleves a un sitio especializado de limpieza. Además, lo mejor será enrollarla con un papel de periódico para que se absorba bien toda la humedad.