La escoba es uno de esos elementos que no puede faltar en una casa. Esta está en constante contacto con la suciedad, con polvo, pelusas o cualquier otro resto. Por eso, en la mayoría de ocasiones, mantenerla limpia no será nada fácil.
Lo primero que habrá que hacer será limpiarla bien después de cada uso. Así, se tendrán que eliminar todos los restos que puedan quedar adheridos y son especialmente complicados de quitar. Si esta acción no se lleva a cabo, lo que se hará será esparcir toda la suciedad por donde pase la escoba.
Cabe destacar que las escobas más utilizadas suelen ser aquellas de plástico y estas suelen ser las más fáciles de limpiar. Una vez que hayas terminado de utilizar la escena habrá que golpearla contra el suelo para que caiga toda la suciedad superficial. Luego, habrá que colocar la escoba en un lugar elevado y retirar todos los pelos y las pelusas que veas a simple vista. El último paso será utilizar un peine de púas separadas, peinando la escoba y eliminando todos los pelos.
En el caso de que tu escoba sea de goma habrá que mojar el cepillo en un cubo con agua templada. En el caso de que la escoba esté especialmente sucia podrás añadir un poco de jabón, eliminando todas las pelusas con un estropajo o una bayeta. Luego, deberás mojarla bien para retirar todo el jabón. Deberás eliminar el exceso de agua con un paño y, además, dejar que la escoba se seque al aire.
En el caso de que no se haya eliminado bien la suciedad se podrá usar lejía, amoniaco o vinagre. Eso sí, en el caso de que se moje muy bien la escoba nos tendremos que asegurar de que esta se seca adecuadamente. En caso contrario se podrá acumular mucha más suciedad y podrá aparecer moho. También, será importante cambiar la escopa cada cierto tiempo.