El distanciamiento entre Kiko Rivera y su hermano Fran es cada vez mayor. Y es que pasado treinta y cinco años después de la muerte de su padre, los problemas con la herencia de Paquirri siguen sin resolverse y el hijo mayor del diestro ya está cansado de esta situación y la continua negativa de Isabel Pantoja de entregar aquello que les pertenece a su hermano y a él. Y la prueba de su distanciamiento máximo se ha podido comprobar este fin de semana en la celebración del bautizo del pequeño Curro, al que no ha asistido Kiko.