A pocos días del comienzo de su aventura en Honduras, Mónica Hoyos se despedía de los suyos en un restaurante de Madrid. Acompañada de su abuela, la superviviente aseguraba sentirse emocionada ante el inminente comienzo del programa. Lo que no esperaba la concursante era el regalo que le había dejado la policía el su vehículo.