Luis Suárez nació en una familia humilde de Uruguay. Su infancia, que vivió junto a sus hermanos y su madre, no fue nada fácil. Sus padres, Rodolfo y Sandra, se habían conocido en el pueblo donde ambos residían y pronto decidieron formar una familia. Así, tuvieron siete hijos, ocupando Luis Suárez el cuarto lugar. 

Debido a la falta de dinero tuvieron que realizar varias mudanzas. Aún así, cuando todavía era muy joven, Luis decidió seguir su pasión. Así, comenzó a jugar en las filas del Urreta FC junto a su hermano menor, Maxi. Luis se convirtió en uno de los mejores jugadores de su equipo, aunque ese año fue especialmente duro en lo personal: sus padres se separaron. 

Tal y como ha contado el futbolista, tiempo más tarde, su padre tuvo problemas con el alcohol. “Acudía al estadio cuando jugábamos, hablaba y gritaba. Nosotros nos sentíamos incómodos. Y en casa era lo mismo”, contó Maximiliano en una entrevista. Así, Rodolfo abandonó el hogar familiar y se marchó a vivir a otro lugar, dejando a sus siete hijos, Paolo, Leticia, Luis, Giovanna, Diego, Maximiliano y Facundo con la que había sido su esposa y madre de los niños.

Los pequeños se criaron junto a sus abuelos maternos y, en alguna ocasión han contado que siempre echaron en falta esa figura paterna a su lado. “Sentía que todo se me venía abajo”, explicó Luis en una entrevista. Ahora, parece ser que toda la familia ha superado ese bache y cada uno ha rehecho su vida. 

Luis vive feliz junto a su mujer, Sofía Balbi, y sus tres hijos, Benjamín, Delfina y Lautaro. Juntos han pasado por distintas ciudades europeas como Barcelona, a la que guardan especial cariño, y Madrid, donde el futbolista ha pasado sus últimos tiempos como jugador. 

Uno de sus hermanos más famosos y polémicos es Paolo, quien también se dedica al mundo del fútbol. Eso sí, al contrario que Luis, Paolo ha desarrollado toda su carrera deportiva en Centroamérica, más concretamente, en El Salvador. Su mayor polémica vino cuando fue investigado por un supuesto amaño de partidos en el año 2013 que la justicia investigó. 

Por su parte, tanto Maximiliano como Diego, son jugadores profesionales. Así, el primero de ellos juega en la Liga Dominicana de Fútbol y el segundo, en El Salvador. Del resto de hermanos poco se sabe de forma pública salvo que son una piña y que se apoyan siempre en todo.