Tips para hacer compost casero: de la elección de la compostadora a la importancia de la humedad

El compost es un producto que se obtiene a partir de distintos materiales de origen orgánico. Estos estarán sometidos a un proceso biológico de descomposición que se denomina ‘compostaje’. Es por eso que el compost será esencial para que nuestras plantas crezcan fuertes y sanas. Además, su realización es muy sencilla y podemos hacerla desde casa y en familia.

Lo primero que debes saber es que si deseas hacer tú mismo compost necesitarás una compostadora. Es el lugar donde se produzca el compost casero y debe ser un recipiente adecuado en el que irás añadiendo la materia prima. Podremos encontrar distintas compostadoras en el mercado o directamente podemos hacerla nosotros con palets de obra o con tiestos que ya no usamos. 

La mezcla de compost irá creciendo según vayamos añadiendo materias primas, como pueden ser las cáscaras de huevo o las peladuras de frutas o verduras. Además, será muy importante ir añadiendo azúcar, celulosa o nitrógeno para conseguir el abono orgánico. Aunque eso sí, tenemos que tener en cuenta que uno de los riesgos que corremos es que los desechos se pudran y que no consigamos el resultado esperado. Será muy importante intentar evitarlo intercalando distintas capas en las que mezclemos los desechos húmedos y secos. Además, habrá que ventilar la zona de forma periódica para que le podamos dar forma a nuestro compost. 

Una vez que tengamos claro todos estos pasos básicos y, sobre todo, todos los instrumentos que necesitamos, deberemos preparar el compostaje añadiendo desechos orgánicos por capas e hidratando bien el fertilizado orgánico. 

Podrás reciclar y compostar casi todo lo que tu quieras, como puede ser una caja de madera o una jardinera. Aunque eso sí, el recipiente no podrá estar en contacto directo con el suelo. Una vez que ya tenemos la compostadora habrá que ir añadiendo los desechos orgánicos. También, deberás saber que el abono orgánico necesitará un grado de humedad determinado para poder formarse el fertilizante. Por tanto, habrá que regar la zona con cierta frecuencia, aunque sin empaparla. De esta manera, se formará ese fertilizante artesanal que enriquecerá los cultivos.