El cuidado y embellecimiento de nuestras cejas se ha convertido en uno de los objetivos beauty más deseado. Para darles forma, rellenar huecos y dar color se ha popularizado en los últimos años un tratamiento de pigmentación llamado microblading. Se utiliza una técnica en la que se recrea la ceja que se quiere tener pelo a pelo, utilizando pigmentos, de manera que el acabado sea natural. Pero los resultados obtenidos no son siempre los deseados y el efecto puede durar hasta dos años, por lo que es normal preguntarse cómo corregir o eliminar un microblading mal hecho. ¡Te lo contamos!

Hace aproximadamente cinco años el microblading se puso de moda, aunque se comprobó que los resultados no eran los deseados en un número de casos demasiado elevado. Lo cierto es que el uso de la pigmentación aplicado a las cejas era muy reciente, y la posibilidad de cometer errores era más frecuente, empleando técnicas no efectivas que podían afearse con el paso del tiempo. 

Y, por supuesto, no hay que descartar los casos en los que ha habido mala praxis, y la paciente no ha acudido a un profesional cualificado para un tratamiento de este tipo. Encontrar a buenos profesionales debe ser siempre prioritario, aunque el precio del tratamiento sea más elevado. 

Una cosa es que no nos guste el resultado de un microblading porque no es lo que habíamos imaginado, o no nos favorece tanto como nos hubiera gustado, que comprobar que está mal hecho. En este último caso, hay pistas claras que nos indican que el tratamiento no ha salido como debería: 

Los expertos coinciden en que la única forma eficaz y fiable de corregir y eliminar un microblading mal hecho es con láser. Hay centros de estética que ofrecen tratamientos alternativos, como la despigmentación con ácidos o nitrógeno líquido pero, aunque resultan más económicos que el láser, no tienen la misma efectividad, por no decir que no tienen ninguna. 

Cuando se trata de hacer pequeñas correcciones de color, sí se puede prescindir del láser y utilizar la pigmentación adecuada. Pero, como puedes imaginar, debes ponerte en manos de un buen profesional que te garantice que eso es posible y que realmente no necesitas el láser. 

Aquí volvemos a comprobar que lo barato sale caro. Si el microblading ha quedado mal, pero se han utilizado pigmentos de buena calidad, el muy posible que con una única sesión de láser puedas eliminarlo. Ahora bien, cuanto peor sea el pigmento, más sesiones de láser vas a necesitar. Además, hay que tener en cuenta que entre una sesión y otra debe haber por lo menos un mes de distancia.